miércoles, 25 de noviembre de 2009

Declaración Izquierda Anticapitalista: Ante vuestra violencia ¡nuestra revuelta!

Izquierda Anticapitalista

Nos hablan de avances en la protección de derechos humanos, pero las mujeres de todo el mundo continuamos sufriendo los efectos de múltiples violencias por el mero hecho de ser mujeres. Este año, en el día internacional contra la violencia machista, desde Izquierda Anticapitalista seguimos reivindicando la voz de las mujeres para parar de una vez por todas las violencias que limitan nuestros derechos, nuestra subsistencia, nuestra autonomía y nuestra credibilidad.
La violencia machista continúa presente en nuestras vidas cotidianas en forma de maltratos, asesinatos en el hogar y fuera de él, de violaciones y de acoso sexual. A pesar de que las agresiones que sufrimos tienen una presencia creciente en los medios de comunicación, éstos siguen hablando de las mujeres como víctimas pasivas, sin historia, sin voz. De esta manera, hemos pasado de la invisibilidad absoluta a protagonizar titulares morbosos que omiten el carácter sistémico de nuestras lesiones y nuestras muertes. Asimismo, los intentos del gobierno del PSOE de introducir legislación como la Ley de Violencia de Género están basados en la victimización de las mujeres y en la lógica punitiva. Ante estas limitaciones, consideramos imprescindible seguir realizando un análisis profundo de las causas de la violencia que sufrimos, las cuáles yacen en las desigualdades y opresiones resultantes del sistema patriarcal. De esta manera, ante las medidas actuales que no atacan el mal de raíz, queremos situar en el centro del debate la prevención. Una prevención que nos ayude a superar los meros “parches a posteriori” y que sirva para proteger realmente a todas las mujeres, incluyendo los colectivos más vulnerables y/o invisibilizados como las mujeres inmigrantes, las lesbianas o las trans.
Por otro lado, las mujeres muertas o heridas en manos de sus agresores constituyen “sólo” la cara más amarga de este escenario. Pero hay mucho más. La doble jornada de trabajo, el confinamiento de la mujer en el ámbito doméstico y la división sexual del trabajo son también expresiones cotidianas, y en gran medida factores, de esta violencia que hace falta seguir denunciando. No sólo ayudan a explicar las agresiones directas que las mujeres sufrimos cada día sino que también están relacionadas con el sistema capitalista y con las formas en que éste acentúa las relaciones patriarcales. La violencia de género se da a niveles individuales y familiares pero también se genera y perpetúa a niveles estructurales, como en el ámbito institucional, el económico o los servicios sociales, entre muchos otros.
Las negligencias de un estado de bienestar meramente subsidiario siguen siendo maquilladas gracias al trabajo “voluntario” o (infra)remunerado de cientos de miles de mujeres en el Estado español, tanto autóctonas como inmigrantes. Los recortes en gasto social, las privatizaciones de los servicios públicos, el aumento del paro, la flexibilización del mercado laboral, las políticas hostiles a la población inmigrante, todas ellas intensificadas en el actual contexto de crisis, contribuyen a mantener a miles de mujeres en una situación de dependencia y marginación social y económica, y resultan a menudo en una incapacidad de abandonar situaciones abusivas y en la feminización de la pobreza. Estas situaciones toman aún mayor calibre en los países del Sur, donde las mujeres son las primeras en pagar los dramáticos efectos de los programas de ajuste estructural y a menudo sufren la violencia física y sexual en situaciones de conflictos bélicos.
Es por todo ello que en un contexto de crisis que seguirá prolongándose y profundizándose, se hace más necesario y urgente que nunca articular respuestas y proyectos alternativos que tengan la denuncia de todas las caras de la violencia machista como uno de sus ejes centrales. ¡Las mujeres estamos hartas de ser los hombros invisibles sobre los cuáles descansa el capitalismo patriarcal! Éste se basa sobre los golpes que recibimos, sobre el trabajo eternamente no reconocido que realizamos, sobre nuestra discriminación, sobre nuestra sobreexplotación. ¡Estamos hartas de ser las mulas de carga del sistema y decimos basta, decimos NO!
Y nuestro NO no es una simple negación sino que forma parte de nuestro avance en la creación de una sociedad sin explotación ni opresión de ningún tipo; una sociedad que no esté basada en la lógica del beneficio, de la competitividad y de la violencia que las sustenta, sino que se organice en torno a los valores de la solidaridad, el respeto, la igualdad y el bien común. El 25 de noviembre, día internacional contra la violencia machista, pero también cada día del año, seguimos exigiendo, más firmemente que nunca, “basta ya de violencia machista! “Contra la violencia del patriarcado y el capitalismo, no nos callaremos!””Ante vuestra violencia, nuestra revuelta!”

sábado, 21 de noviembre de 2009

PARO GENERAL AGRARIO: EL CAMPO DEBE MOVILIZARSE A FAVOR DE OTRO MODELO DE PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN AGRÍCOLA

Declaración de Izquierda Anticapitalista
Estos días 20 y 21 de noviembre, los sindicatos agrarios COAG, ASAJA y UPA, han convocado a un paro general en el campo, y a una gran manifestación en Madrid el 21 de noviembre. Con el lema: “El campo se arruina, movilízate”, están realizando una campaña que pretende la implicación de todos los ayuntamientos rurales y la solidaridad masiva de la sociedad rural.
El descontento de los agricultores es una realidad. La renta agraria ha descendido un 26% en los últimos cinco años; hay una pérdida de 124 mil empleos en el sector agrario; los costes de producción se han incrementado el 34 %; y hay un descenso generalizado en los precios de origen, por la práctica oligopolista de las cadenas alimentarias. La gran distribución controla el 82% de las compras y se aplican márgenes que, en algunos casos, son del 1,200 por cien entre el precio pagado al agricultor y el precio del consumidor.
El sector agrario está viviendo una crisis profunda y, por ello la movilización en el campo es necesaria. Un mundo rural vivo sólo será posible a través de la movilización de las y los campesinos en oposición al actual modelo de producción agrícola y a la agroindustria. El futuro del campo está en la lucha.El paro general convocado estos días 20 y 21 pone sobre la mesa la crisis del campo y la necesidad de soluciones, y señala el camino de la lucha como única solución. Por ello desde Izquierda Anticapitalista apoyamos las movilizaciones y pensamos que su éxito es clave para el futuro del campo. Al mismo tiempo, pensamos que las mismas presentan límites importantes en su discurso y que es necesario ir más allá en la crítica al actual modelo agroindustrial. Las reivindicaciones de las organizaciones agrarias, como precios justos, fiscalidad adecuada, plan de financiación...son positivas, pero es necesario oponerse globalmente al actual modelo de producción agrícola y ganadera dominado por las multinacionales y que es el causante de la crisis del campo. Las agromultinacionales ponen en nuestros mercados productos producidos a 2 mil kilómetros de distancia y a costa de la explotación de campesinos, de los trabajadores rurales asalariados, la destrucción de la tierra con la siembra de monocultivos y transgénicos donde utilizan grandes cantidades de petróleo, abono y agrotóxicos. Sin un cambio de fondo de modelo, no habrá futuro para el campo, los pequeños agricultores y los trabajadores rurales asalariados.

Es necesario plantear una transformación radical de la Política Agraria Común (PAC) que sirva de apoyo a los pequeños campesinos y que tenga como objetivo mantener e incrementar la población rural. Una PAC que apoye a la agricultura local, ambientalmente sostenible con biodiversidad y con prácticas agroecológicos que lleven a producir alimentos saludables en mercados locales y a consumidores directos.Otra exigencia central debe ser la desaparición de los cultivos transgénicos que tan graves consecuencias tienen para la salud humana y el medio ambiente, creando una fuerte dependencia del agricultor de las transnacionales. El Estado español, en particular en Catalunya y Aragón. es un de los países donde se cultivan más transgénicos.
Hay que fomentar también un verdadero de plan de reconversión ecológica de la economía y de fomento de las energías renovables, desmarcándose de las falsas soluciones como el incremento de los agrocombustibles, que entran en competencia con la producción de alimentos y que han favorecido los aumentos de precio de cereales y grano a escala internacional, en el marco de la crisis alimentaria que estalló en el 2007.

Para combatir al actual modelo agroindustrial es necesario buscar una alianza entre pequeños campesinos y las y los trabajadores asalariados del campo, que sufren condiciones de trabajo de explotación y miseria, uniendo os problemas respectivos y tejiendo las alianzas necesarias. Y, a un nivel más general, es necesario impulsar una alianza del campo y de la ciudad. El cuestionamiento del actual modelo agrario requiere una alianza entre campesinos y trabajadores rurales, y consumidores, organizaciones ecologistas, y sindicatos (especialmente en sectores como la gran distribución comercial, donde la mano de obra es fuertemente explotada). Esta es la perspectiva estratégica de fondo trabajar.La crisis del campo y el mundo rural requiere movilizaciones que cuestionen de base al actual modelo agroindustrial. Creemos que este es el enfoque que debería tomar el movimiento campesino en el estado español, y sus movilizaciones futuras.

Esta semana, precisamente, en Roma más de 600 delegadas y delegados de organizaciones campesinas, pescadores, consumidores críticos, pastores, mujeres, jóvenes, etc., se han reunido en un foro paralelo a la Cumbre de la FAO, para contestar a preguntas como: ¿Qué agricultura puede enfriar a nuestro planeta? ¿Qué solidaridad entre el campo y la ciudad? ¿Qué modelos alternativos de comercialización? ¿Cuál es el papel de las mujeres, campesinado, pastores, de las comunidades rurales en la construcción de la soberanía alimentaria?

Las demandas y las luchas de la contra-cumbre en Roma marcan lo debería ser los ejes de un movimiento campesino opuesto a la agroindustria, a la globalización neoliberal y a las multinacionales, en favor de un mundo rural vivo, de un modelo de producción agrícola basado en la soberanía alimentaria, que devuelva el control de la producción a las y los productores, y en el que todas las personas del campo, pequeños campesinos y trabajadores/as del campo tengan derecho a una vida digna.

¡Por un mundo rural vivo!
¡Movilicemos el campo a favor de otro modelo de producción y distribución de alimentosl!

viernes, 13 de noviembre de 2009

NINGUN SER HUMANO ES ILEGAL.SOLIDARIDAD CON LOS TRABAJADORES EXTRANJEROS

IZQUIERDA ANTICAPITALISTA con este comunicado quiere manifestar que la reciente Reforma de la Ley de extranjería nos confirma la pretensión del gobierno de transformar al colectivo inmigrante en el chivo expiatorio de la crisis económica.
La crisis del capitalismo como modelo, que hace casi un año era reconocida por los poderes económicos y políticos, está suponiendo en el Estado español un reguero de desgracias personales y colectivas; 4 millones de parad@s, de l@s que un millón han visto terminar sus subsidios, altas tasas de morosidad y endeudamiento, producción industrial bajo mínimos, continuos EREs que dejan sin sustento a miles de familias cada semana, miles de personas malviviendo de la caridad, y preocupación, miedos y tristeza en la cabeza de millones de asalariad@s que temen quedarse sin empleo…
Para redondear esta situación, el gobierno del PSOE no plantea un cambio de modelo productivo, sino que regala, sin ningún control efectivo, cientos de miles de millones a la banca, y nuestros impuestos van a parar a los avariciosos bolsillos que se llenaron hundiendo la economía en la época de bonanza y que ahora se los vuelven a llenar volviendo a llevarnos a la misma situación de antes: una economía basada en el ladrillo y el sol, la especulación y la avaricia, los chanchullos y el amiguismo, que mantiene a una minoría viviendo a cuerpo de rey a costa de la mayoría de la población explotada y alienada.
La reforma de la Ley de extranjería se convierte en un claro ejemplo de cómo, cuando las cosas van mal para los de arriba, se potencian ataques sociales. Ésta reforma supone un evidente regresión en los derechos de la población inmigrante y de la nativa, reincide en la idea de la Europa Fortaleza, evita ir al fondo de las causas de las migraciones, ataca la solidaridad como valor universal hacia los desfavorecidos y ahonda en medidas judiciales, policiales y represivas contra un colectivo social que lleva años sufriendo ataque tras ataque

sábado, 7 de noviembre de 2009

LA DEMOCRACIA DE LOS BOMBARDEOS REINA EN AFGANISTAN. ¡ OTAN NO! TROPAS FUERA


¿Irak misión de guerra, Afganistán misión de paz?

OBAMA llegó a la Casa Blanca con un programa semejante al que aupó a Zapatero a la Moncloa en 2004: no a las “guerras ilegales” (Irak), sí a las “guerras justas” (Afganistán). La primera era una aventura “unilateral” de Bush que, en palabras de Obama, era un rodeo injustificable en la “guerra global contra el terrorismo”, cuyo epicentro sitúa en Afganistán. Bajo la nueva Administración norteamericana, Afganistán debía convertirse en una cruzada “multilateral” por la paz y la democracia, en la que se recompondrían, en el fraternal marco de la OTAN y con la bendición de la ONU, las maltrechas relaciones de la “comunidad internacional” ocasionadas por los mandatos de Bush junior.
Estrategia Obama Para Obama, como para Zapatero, la retirada ordenada de Irak constituía una potente fuente de legitimación para iniciar su mandato. A estas alturas conocemos la naturaleza de su “imperialismo con rostro humano”.
Obama pretende combinar la continuidad del despliegue militar (ha aumentado en 30.000 soldados el contingente estadounidense en los últimos meses) con una ofensiva diplomática para asociar a él a la mayor cantidad de países. A los 450 militares aportados por el Estado español para apuntalar la grotesca farsa electoral de la semana pasada, Zapatero ha decido añadir 200 militares más, ante la evidencia de que las tropas españolas viven en un “estado de máxima alerta” (no muy propio de una misión de paz…) ante los ataques talibanes… Así pues, la dotación española va a alcanzar los 1.000 soldados. Pero los planes de Obama para “pacificar” Afganistán incluyen una creciente intervención directa en Pakistán, así como una mayor presión sobre la cúpula militar de este país para comprometerla en el combate antitalibán en los territorios fronterizos. Esta nueva huída hacia delante –muy parecida a la que protagonizó Nixon al extender a Camboya la Guerra del Vietnam– puede tener repercusiones gravísimas y llevar a ese país de 175 millones de habitantes (y que posee la bomba atómica) al borde de la guerra civil. Todo parece indicar que, si las autoridades pakistaníes no ordenan al ejército combatir a los norteamericanos que penetren en suelo pakistaní, será casi imposible evitar que éste se fracture (como ya sucede en buena medida con la inteligencia militar, fuertemente infiltrada por los fundamentalistas, como evidenció el espectacular asesinato de Benazir Bhutto en diciembre de 2007). Esta crisis interna pakistaní, y el consiguiente peligro de descomposición, se ha agudizado
gravemente a raíz de los combates entre ejército y milicias talibanes que tuvieron lugar en el Valle de Swat esta pasada primavera. Creciente inestabilidad… nerviosismo en la OTAN
La multiplicación de los ataques de la insurgencia con ocasión de la grotesca farsa electoral celebrada estos días y la creciente brutalidad de los ataques de la OTAN, simbolizada por la masacre de 95 civiles en el bombardeo alemán de la semana pasada, inauguran una nueva fase de turbulencias.
Casi ocho años después de la caída del régimen talibán, en 2001, y de la puesta en marcha de una difícil “reconstrucción”, la incertidumbre sobre el porvenir del país es mayor que nunca. El creciente nerviosismo de la administración de Obama y del Estado Mayor de la OTAN se debe fundamentalmente al hecho de que Hamid Karzai ha iniciado en 2008 un giro “nacionalista” que busca oponer un contrapeso a la influencia de Washington y, más allá, a la de Londres, cuyas ingerencias más sutiles –y su pasado colonial– resultan crecientemente incómodas. Tres potencias regionales se están aprovechado del espacio que se abre: Rusia, Irán y China. Geopolítica y raíces del conflicto: de la Guerra Fría a la guerra contra el terrorismo. Washington e Islamabad (capital de Pakistán) impulsaron el desarrollo de movimientos islamistas para combatir durante los años 80 a los soviéticos y al régimen laico de Kabul (capital de Afganistán). Los ayer “luchadores de la libertad” financiados por la CIA en su cruzada antisoviética se volvieron contra sus amos cuando, tras la caída del Muro de Berlín, dejaron de recibir la financiación de la que habían disfrutado por parte del imperialismo yanqui y de la monarquía feudal saudí (principal aliado de EE.UU. en la región desde la Segunda Guerra Mundial). Tras los atentados de Al Qaeda (una red de combatientes fundamentalistas auspiciada en sus orígenes por la CIA) del 11 de septiembre, el gobierno norteamericano no tuvo reparo en declarar la guerra a sus viejos aliados. Sin embargo, no fue tan fácil imponer ese viraje al régimen pakistaní,
fuertemente comprometido en el apoyo a los talibanes. Pakistán siempre ha tenido interés en lograr un régimen afecto en Afganistán y en debilitar a la URSS, el antaño principal aliado de su gran enemigo: la India.
Hoy, la brutalidad de la guerra de ocupación en curso liderada por Estados Unidos, una guerra “que no puede ganarse” (como ya admite el propio alto mando estadounidense), y la generalización del antiamericanismo en la zona están permitiendo una creciente concurrencia de intereses de las distintas potencias regionales.
Rusia es una potencia de Asia central con crecientes pretensiones de influencia en la zona y que ha aprendido la lección de que mantener un perfil bajo y evitar aventuras militares es más eficaz para afianzar sus intereses geopolíticos a largo plazo. Parece que Karzai tiene intención de adquirir armamento ruso, mientras que la OTAN necesita colaboración rusa para abrir líneas de aprovisionamiento al norte de Afganistán que eviten los sabotajes que sufren en el norte de Pakistán.
Apoyándose en la minoría chiíta del país (tradicionalmente perseguida por los talibanes sunitas), Irán también está tomando posiciones en Afganistán tras haber con quistado una considerable influencia en Irak. Irán hará todo lo que esté en su mano para debilitar la presencia militar norteamericana en la región, percibida como una amenaza directa. En fin, China tiene dos grandes objetivos a la hora de extender su influencia en Asia central: a) controlar los focos islamistas susceptibles de desestabilizar sus propias regiones fronterizas, en particular la provincia de Xinjiang, poblada mayoritariamente por Uigures musulmanes. b) explotar los recursos naturales de la zona. Por el momento, esta política está dando sus frutos: han obtenido la concesión para explotar la mina de Aynak, la segunda reserva mundial de cobre.
Zapatero apoya una guerra colonial Tras ocho años de guerra, Afganistán es un caos total donde reina el terror, la corrupción, las mafias y el nepotismo. La camarilla mafiosa en el poder negocia con fracciones talibanas para perpetuarse, a cambio de imponer nuevas brutalidades a las mujeres afganas. El silencio de la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, al respecto de las nuevas violaciones de los derechos de las mujeres es estruendoso. Esta es la “democracia” que dice defender Zapatero cuando acaba de aprobar el envío de 200 soldados más a la guerra. Hablemos claro: ésta es una guerra de rapiña “multilateral” por un reparto más justo del botín de la Guerra Fría que el que permitía Bush a sus clientes europeos en Irak. Ni más, ni menos.
Por ello, desde Izquierda Anticapitalista creemos que debemos contribuir decididamente a destapar esta farsa sanguinaria y volver a levantar una agenda de movilizaciones unitarias contra la guerra y el envío de tropas a Afganistán y por la retirada inmediata y sin condiciones del contingente español.