miércoles, 21 de abril de 2010

El problema no es Garzón. El problema fue la Transición


Declaración de Izquierda Anticapitalista


El escándalo generado por el procesamiento al juez “superestrella” Garzón por su decisión de investigar las “desapariciones forzadas” bajo la dictadura franquista, dando así la razón a las acusaciones de “prevaricación” presentadas por sus herederos falangistas y similares, ha vuelto a sacar a la luz el debate sobre la transición política y, más concretamente, la significación de la Ley de Amnistía del 15 de octubre de 1977. Un repaso de la misma y del contexto en el que se aprobó viene a recordarnos de nuevo el carácter antimodélico de una “reconciliación nacional” que equiparó a víctimas y verdugos del franquismo.
Fue esta una Ley de “punto final”, de olvido y perdón completamente injusta, ya que, equiparó a vencedores y vencidos de la guerra civil y a franquistas y antifranquistas, permitió la supervivencia de un aparato represivo que se ha ido reproduciendo hasta nuestros días y continúa especialmente presente en el poder judicial, como estamos comprobando y han corroborado buenos conocedores del medio, entre ellos Carlos Jiménez Villarejo. Trabajos recientes como los de Alfredo Grimaldos y Mariano Sánchez Soler han venido a rememorar también que los meses y años posteriores a esa Ley fueron todo menos “pacíficos”.
Lamentablemente, esta Ley contó con el apoyo de la inmensa mayoría de la “oposición democrática antifranquista”, muchos de cuyos representantes coinciden hoy día en la crítica a la pervivencia del franquismo en muchas instituciones, medios de comunicación y partidos políticos. En la proposición que presentó en ese momento del grupo del PCE, por ejemplo, se postulaba la necesidad de “superar definitivamente la división de los ciudadanos españoles en vencedores y vencidos de la guerra civil”. Los nacionalistas del PNV y los pujolistas catalanes pidieron afrontar la nueva etapa “con olvido y superación de todo agravio pretérito”, fórmula recogida por el PSOE. Sólo el grupo de Alianza Popular mostraría reticencias que se irían suavizando hasta llevarle a no votar en contra de la Ley. Durante ese debate, el PCE mostró, además, su protagonismo reivindicando su política de “reconciliación nacional” adoptada en 1956 y apostando abiertamente por el olvido y el perdón, llegando el entonces Secretario General de ese partido, Santiago Carrillo, a declarar en un mítin: “Queremos hacer cruz y raya sobre la guerra civil de una vez para siempre” (El País, 2/10/1977).
Durante estas semanas, se están sucediendo iniciativas y acontecimientos que están denunciando las actuaciones del Tribunal Supremo, especialmente la Declaración de CCOO y UGT y el acto de apoyo a Garzón que organizaron en la Universidad Complutense de Madrid el pasado 13 de abril.
En primer lugar, conviene precisar que el rechazo a la acusación de prevaricación por parte del juez Varela contra Garzón por querer investigar las “desapariciones forzadas” bajo el franquismo no puede significar convertir el recorrido de este juez en una “trayectoria ejemplar en la defensa de los derechos humanos”, como sostiene la declaración de los sindicatos mencionados. Fuimos muchas las personas que nos alegramos de que el dictador chileno Pinochet y otros de Argentina fueran perseguidos y detenidos por sus crímenes de lesa humanidad, pero no por ello podemos olvidar, como han recordado miembros del Centro de Documentación contra la Tortura y de colectivos afines en el Estado español, que en este caso el juez Garzón es “víctima de una politización de la justicia que él magistralmente diseñó e impulsó” mediante sus actuaciones contra medios de comunicación, asociaciones, partidos e incluso defensores de derechos humanos. Tampoco podemos olvidar que en más de una ocasión aplicó el injusto régimen de incomunicación a personas detenidas o se mostró insensible ante las denuncias de tortura.

No podemos, por tanto, solidarizarnos con iniciativas “en apoyo de Garzón” que tratan de olvidar esas graves manchas en su historial. También en esto debemos preservar la memoria completa de su trayectoria, evitando convertir en “héroe” a quien también ha contribuido a vulnerar el garantismo jurídico en más de una ocasión.
Pese a lo anterior, no es difícil coincidir con muchas de las críticas que hizo el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo en el acto de la Complutense y que han provocado el escándalo en las derechas de toda clase: el rechazo a los magistrados del Tribunal Supremo como manifestación de la supervivencia del franquismo judicial, su conversión en instrumentos de la “actual expresión del fascismo español” o la necesidad de defender la razón democrática y el Estado de derecho. Son precisamente esas verdades que se ha atrevido a decir en voz alta las que legitiman las críticas que, en su dìa, se hicieron desde fuerzas políticas de la izquierda radical, como la LCR y otras, al “consenso” que se hizo en la Transición en torno a una Ley de Amnistía que, a pesar incluso de la timidísima Ley de Memoria Histórica, se quiere seguir convirtiendo en una muralla frente a la aplicación del principio de Justicia Universal al genocidio franquista. El exfiscal podría haber añadido, como ha hecho en otros actos en el pasado, que ese mismo Estado de derecho se ha visto vulnerado por una antidemocrática Ley de Partidos que ha servido para ilegalizar a Batasuna mientras sigue permitiendo vida legal a esos herederos del franquismo que hoy se sienten triunfadores en su querella contra Garzón.
Por eso hay que felicitar la iniciativa tomada ahora desde Argentina en nombre de ese principio y confiamos en que siga adelante, ya que tiene que contribuir a reabrir el debate sobre la transición y la necesidad, ¿por qué no?, de reanudar una tarea que sigue siendo imprescindible y que entonces fue abortada tanto por los reformistas del franquismo como por los principales dirigentes de la izquierda. Con mayor razón cuando estamos asistiendo a una crisis de legitimidad del poder judicial que puede ser la antesala de una crisis de régimen teniendo en cuenta el descrédito creciente de la Monarquía, los escándalos de corrupción –que no sólo afectan al PP- y nuevos factores de conflicto como el que puede generar la sentencia inminente del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Catalunya.
Se avecinan, pues, tiempos especialmente agitados en el plano político e institucional que esperemos se vean acompañados por una reactivación de la movilización en el terreno social frente a los ataques que desde la Unión Europea, el gobierno de Zapatero y la patronal se están ya poniendo en marcha. Pero para que esa necesaria confluencia de la legítima lucha por la verdad y la justicia para las víctimas del franquismo con la que habrá que ir desplegando contra un régimen en crisis y una UE más neoliberal y autoritaria no se vea desviada por la búsqueda de nuevos “consensos” o por fuerzas neopopulistas de derecha –como la que representa el partido de Rosa Díez-, hará falta dar nuevos pasos adelante en la mayor unidad de acción posible entre las distintas fuerzas de la izquierda social, política y cultural. Una unidad que no tiene por qué buscar las unanimidades y los apoyos incondicionales a nadie sino, sobre todo, el acuerdo en torno a objetivos comunes.
21 de abril de 2010
http://www.anticapitalistas.org/

sábado, 20 de marzo de 2010

I Congreso de la Federación de Izquierda Anticapitalista- Castilla y León


El pasado 13 de marzo tuvo lugar en la ciudad de Valladolid el I Congreso de la Federación de Izquierda Anticapitalista- Castilla y León. Militantes de León, Zamora, Burgos, Salamanca, Ávila y Valladolid nos dimos cita para avanzar en la construcción de Izquierda Anticapitalista en esta Comunidad Autónoma azotada por la despoblación, el caciquismo y el abandono. Sin duda nos espera una tarea difícil; de ahí la importancia de dotarnos de esta herramienta organizativa que nos permita analizar, debatir y actuar de manera coordinada y unitaria frente a las diversas problemáticas, económicas, políticas y sociales en el ámbito de Castilla y León y avanzar así, junto a las demás Federaciones y Confederaciones de IA en la construcción de un polo anticapitalista.
En este congreso constitutivo de la Federación de IA- Castilla y León debatimos sobre la situación política actual del estado español, marcada por la profunda crisis económica y las consecuencias ya innegables que está teniendo en las clases populares. También analizamos el estado de la izquierda en el estado y la necesidad de redoblar nuestros esfuerzos en pro de la construcción de un polo abiertamente en contra del sistema capitalista capaz de hacer frente a las políticas neoliberales que no hacen más que conducir a las trabajadoras y a los sectores oprimidos a una situación cada vez más mísera y precarizada.
También tuvo su espacio el debate sobre la situación sociopolítica concreta de la Comunidad de Castilla y León caracterizada por las políticas llevadas a cabo por la Junta de Castilla y León en materias de educación, sanidad, política agraria, etc.
De esta manera las y los militantes de Castilla y León estamos dando los primeros pasos para afianzar y extender el proyecto de Izquierda Anticapitalista por estas tierras áridas. Son solo los primeros pasos, será largo el camino y no precisamente fácil, pero cargadas de ilusión iniciamos este camino y nos echamos a andar con la certeza de que otro mundo es posible y más necesario que nunca.

viernes, 5 de marzo de 2010

Contra las crisis del capitalismo ¡Revolución feminista!

Declaración de Izquierda Anticapitalista en el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras

Otro 8 de marzo llega, y nos siguen sobrando los motivos para salir a la calle a reivindicar la vigencia y la necesidad de la lucha feminista. Y lo hacemos, con más fuerza y contundencia que nunca, porque a pesar de los avances vividos gracias a todas las mujeres que han levantado sus voces en sus puestos de trabajo, en sus hogares, en las escuelas y, particularmente, en la calle, hoy nos seguimos encontrando, en tanto que mujeres, en un mundo donde se nos continúa explotando, discriminando, oprimiendo y silenciando.
Reivindicamos la centralidad de la lucha feminista en un momento de crisis sistémicas que, lejos de solucionarse- tal como nos quieren hacer creer desde los gobiernos-, no dejan de profundizarse día a día. La crisis económica, la crisis financiera, la crisis alimentaria y la crisis ecológica vienen también acompañadas de una crisis de los cuidados, y todas ellas visibilizan de manera punzante las caras más amargas y las contradicciones de un sistema capitalista heteropatriarcal, imperialista y racista basado en la lógica del beneficio económico y totalmente indiferente hacia el bienestar y los derechos de las personas, de los pueblos y del planeta. Es por ello que la lucha feminista en estos momentos, si bien trabajando desde la autonomía, debe llevarse a cabo en alianza con todas las otras luchas y movimientos sociales que, en su denuncia de la Europa del capital, de la guerra y de las crisis, están llevando a cabo el actual ciclo de movilizaciones entorno al semestre de la presidencia española de la Unión Europea.
Las mujeres sufrimos las consecuencias de las crisis del sistema de manera particularmente dramática y severa. Las sufrimos, en el Norte y en el Sur, en unos mercados laborales que nos siguen condenando, a pesar de la hueca retórica neoliberal sobre la conciliación, la paridad y los derechos formales, a altas tasas de paro, precariedad, temporalidad y subocupación. También nos condenan a la segregación horizontal y vertical y a la discriminación salarial y en las condiciones de trabajo. Hoy las mujeres tenemos más derechos sobre el papel que ayer, pero ¡seguimos siendo trabajadoras y ciudadanas de segunda!
Sufrimos doblemente las consecuencias del recorte del gasto público y de las privatizaciones ya que, ante el declive de los servicios sociales, somos las mujeres, particularmente las mujeres de clase trabajadora, las que acabamos responsabilizándonos del cuidado y el bienestar de las personas. Muchas mujeres lo seguimos haciendo en el hogar de manera invisible, gratuita e infravalorada. Muchas otras, la mayoría mujeres migrantes, encuentran en los cuidados su única alternativa laboral, una alternativa que se mueve en el marco de la economía informal y en situaciones de precariedad, abuso y explotación. De una manera u otra, es nuestro trabajo de cuidado el principal subsidio al sistema capitalista y a unos gobiernos que hace tiempo que renunciaron a garantizar derechos sociales y que actualmente se limitan a gestionar un sistema que no deja de hacer aguas. ¿O qué se piensan pasaría si convocáramos una huelga internacional de TODAS las cuidadoras? ¡El mundo se convertiría en un caos!
Sufrimos también como mujeres la violencia sobre nuestros cuerpos ejercida en los conflictos bélicos, que con la crisis de civilización no harán más que agravarse; la sufrimos de forma cotidiana en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestras escuelas. Sufrimos también la violencia estructural contenida en cada acto de agresión, vejación o discriminación lesbófoba y tránsfoba que se da cada día en la calle, en los puestos de trabajo, en los espacios privados o desde las instituciones. Sufrimos la violencia ejercida contra las mujeres migrantes por una Ley de Extranjería clasista, xenófoba y heteropatriarcal que las convierte en ciudadanas y trabajadoras de tercera y las condena a la vulnerabilidad, la precariedad y la invisibilidad. Sufrimos de forma particularmente violenta los efectos de las crisis las mujeres jóvenes, ya que hemos soportado el mayor aumento en las tasas de paro en los dos últimos años y tenemos la mayoría de contratos temporales y becas. Sufrimos todas las mujeres la violencia ejercida por las instituciones que, en alianza con la Iglesia Católica y su política de control de nuestros cuerpos y nuestra sexualidad, siguen negándonos nuestro derecho al aborto libre y gratuito fuera del Código Penal e incluido en la Sanidad Pública.
Este momento de crisis es un momento de desconcierto, de sufrimiento y, para muchas, de desesperanza. No obstante, también tenemos que seguir reivindicándolo como un momento de denuncia, de respuestas colectivas y de posibilidades de grandes cambios. En un contexto en que las contradicciones de este sistema opresivo pesan más que nunca, es la hora de seguir ampliando, desde un feminismo de resistencia pero también de combate y reivindicación, las grietas de un sistema, que, hoy más que nunca, no se aguanta por ningún lado.
En un firme rechazo de los actuales intentos de las élites políticas y económicas de reformar aquello irreformable, tenemos que aprovechar para difundir y hacer avanzar propuestas de cambio basadas en otras lógicas: en la de la solidaridad, en la de la igualdad, en la de la libertad, en la del bien común, en la de los derechos sociales y de los pueblos. En definitiva, en la lógica de la vida. Propuestas que tengan en cuenta y combatan todas las opresiones y las diferentes formas en que éstas se entrecruzan para garantizar la pervivencia del sistema. Propuestas feministas y anticapitalistas.
Contra las crisis del capitalismo ¡Revolución feminista!

miércoles, 3 de marzo de 2010

NI PENSIONAZO NI REFORMA LABORAL. HUELGA GENERAL

LAS ORGANIZACIONES FIRMANTES DE ESTE MANIFIESTO, ACUDIREMOS A LA MANIFESTACION CONVOCADO POR CCOO Y UGT EL JUEVES DIA 4 DE MARZO A LAS 20 HORAS EN LA PLAZA DE LA MARINA CON EL COMUNICADO SIGUIENTE:
Agora Zamora- Izquierda Anticapitalista Zamora- Juventud Comunista Zamora- Plataforma Antifascista Zamora

Ni son cosas diferentes, ni hay nada que negociar. La moderación salarial, la reforma de las pensiones y del mercado laboral y el ataque contra lxs inmigrantes forman parte de un mismo plan. El plan general de la burguesía para salir de una crisis a la que su propio régimen económico ha llevado.
El capitalismo, en crisis, necesita iniciar un nuevo proceso de acumulación de capitales para volver a los índices de crecimiento anteriores a 2008. El aparato de propaganda del régimen ya se ha puesto manos a la obra para sembrar el pánico y justificar las medidas de los Estados reaccionarios. No importa que la Seguridad Social tenga superávit, lxs capitalistas quieren aumentar la productividad exprimiendo al máximo a la clase obrera y para ello tienen que acabar de desmantelar esta farsa que nos vendieron hace 30 años y que decidieron llamar, para burla de los explotados, “Estado del bienestar”.
Las medidas del PSOE muestran el carácter de clase del Estado burgués. Desde Berlusconi hasta ZP, todos los gobiernos de la vieja y pútrida Europa ponen el dinero público en las manos de la oligarquía financiera que, como principal puntal del capitalismo internacional, necesita ahora del auxilio de sus gobiernos.
La socialización de las pérdidas económicas en forma de ayudas a la gran patronal demuestra además que, bajo el capital, lo público solo es “público” cuando la burguesía no puede por sí sola sosteneruna alta tasa de ganancias. Pero cuando un sector se fortalece, lo que parecía “ser de todxs” vuelve a lasmanos de sus verdaderxs propietarixs, lxs capitalistas.Ante la ofensiva del capital ningún pacto es posible. Cuatro millones de obrerxs sin trabajo son el resultado de un largo período en que, lxs holgazanes/as que ahora nos piden “que arrimemos el hombro” se han enriquecido hasta llegar a umbrales de opulencia desconocidos hasta hace un par de décadas.
Las direcciones de CCOO y UGT firman ahora las contenciones salariales para lxs obrerxs en pro del consenso y el pacto social y se muestran dispuestas a sentarse a negociar (una vez más) con la patronal en “mesas de diálogo” en las que, está más que demostrado, siempre cedemos lxs mismxs. Treinta años de concertación social sólo han servido para ir cediendo derechos y precarizar nuestras vidas.
¿Alguien nos ha preguntado a la clase obrera si queremos ser explotadxs hasta los 67 años o que no nos suban el sueldo? El bien de la Patria Capitalista se sobrepone a los intereses de la mayoría de la población ¡Bonita democracia la de lxs patrones/as y lxs banquerxs! Las conquistas y derechos conseguidos por la clase obrera son efímeros mientras el poder del Estado siga en manos de los burgueses. Confiar en que las reformas dentro de los estrechos márgenes del capitalismo puedan mejorar de forma significativa las condiciones de vida de lxs trabajadores/as, es solo engañarnos a nosotrxs mismxs y seguir el juego a lxs ladrones/as que nos roban y luego venden lo que nosotrxs producimos. La superación del sistema capitalista es condición sine qua non para que los avancesque podamos conseguir con la lucha obrera y popular se conviertan en irreversibles. Esta certeza no niega, por supuesto, la necesidad de ir consiguiendo mejoras en nuestras condiciones de vida; sólo afirma que unalucha obrera consecuente es siempre una lucha anticapitalista.
Las organizaciones abajo firmantes hacemos un llamamiento a todxs lxs obrerxs conscientes para que se organicen contra la ofensiva capitalista. Y denunciamos el carácter reaccionario de todas las reformas impulsadas por los gobiernos para sacar de la crisis a la Banca y a la Patronal.
HACIA LA HUELGA GENERAL, CONTRA LA OFENSIVA DEL CAPITAL

domingo, 21 de febrero de 2010

¡ESTO SÓLO SE DETIENE CON UNA HUELGA GENERAL!

Ni son cosas diferentes, ni hay nada que negociar. La contrarreforma de las pensiones, la moderación salarial y la reforma del mercado laboral forman parte de una misma política. El gobierno está cediendo ante las exigencias de bancos, aseguradoras y multinacionales. Los causantes de la crisis quieren que la clase trabajadora siga pagando sus consecuencias. La alarma sobre la inviabilidad del régimen de pensiones es una operación de intoxicación de la opinión pública. Hay superávit de la Seguridad Social, el aumento de la productividad compensa la mayor longevidad de la población, la curva demográfica tiende a equilibrarse... Y nada impide que los presupuestos generales del Estado contribuyan al pago de las pensiones. El problema es otro. Zapatero, siguiendo la estela de los gobiernos liberales europeos, inyectó sumas ingentes de dinero público para evitar la quiebra de los bancos, víctimas de su propia codicia especulativa. Este dinero ha servido para seguir especulando e incluso para comprar títulos de deuda pública que ha emitido el gobierno para financiar aquellos rescates. Ahora, el Estado está endeudado y esos mismos especuladores exigen que se recorte el gasto social y presionan para que se les abran nuevos nichos de negocio, como los planes privados de pensiones. Empieza un nuevo ataque de fondo contra nuestras condiciones de vida, terriblemente maltrechas por la explosión del paro. Grecia anuncia los tiempos que se avecinan. Esto no se detiene con amables conversaciones. El acuerdo de contención salarial firmado con la CEOE es irresponsable: sólo el mundo del trabajo adopta compromisos, mientras que las empresas tienen toda laxitud para descolgarse. La reforma laboral se avista como un nuevo recorte de derechos, abaratando el despido, redistribuyendo el desempleo más que el trabajo (con el "modelo alemán") y otorgando nuevas prerrogativas a las ETT. Es hora de detener esta ofensiva. Eso sólo es posible con un potente movimiento social, con una huelga general que fuerce la retirada de las contrarreformas del gobierno y que plantee un plan de medidas de urgencia social y ecológica frente la crisis. Si la huelga general "no está en la agenda de los sindicatos", hace falta que entre todas y todos la inscribamos. El giro que ha tomado el "gobierno amigo" del PSOE es la mejor manera de propulsar al PP hasta la Moncloa. Sólo la movilización ciudadana puede abrir una salida positiva. Desde Izquierda Anticapitalista proponemos las siguientes medidas urgentes:Defensa del sistema público de pensiones. Instaurar una tributación progresiva y acabar con el fraude fiscal, estimado en 80.000 millones de euros. Más de lo que haría falta para pasar de inmediato a la jubilación a los 60 años, liberando puestos de trabajo.
Semana laboral de 35 h sin pérdida de salario. Salario social de 1.200 euros. Prolongar la cobertura del desempleo indefinidamente. Suspender los desahucios.
Defensa de los servicios públicos contra las privatizaciones y la austeridad presupuestaria. Que los recortes se apliquen a las dietas ostentosas (empezando por la Casa Real) y al gasto militar (¡sigue aumentando el contingente español en Afganistán!).
Prohibición de los despidos en las empresas que registren ganancias. Cambio de modelo productivo, preparando la reconversión de amplios sectores (automoción, construcción...) hacia actividades socialmente útiles y medioambientalmente sostenibles.
Nacionalización de la banca, bajo control social, para constituir un servicio público de crédito y ahorro que permita pilotar esa transformación. Nacionalización de los sectores estratégicos de la energía y las comunicaciones.
¡ HACE FALTA YA UNA HUELGA GENERAL!

domingo, 7 de febrero de 2010

Deterioro salarial y distribución de la renta

La redistribución de la riqueza debe ser, a juicio del autor, el primer punto de un intento serio de cambio del modelo productivo.
El estallido de la crisis ha desencadenado un debate público sobre la necesidad de un cambio de modelo productivo en la economía española. Tanto el Gobierno –a través del proyecto de Ley de Economía Sostenible– como la patronal y las grandes centrales sindicales han hecho públicas sus posiciones al respecto. Sin embargo, hay un elemento que sigue sin estar en el centro del debate: la necesidad de que el cambio en el modelo productivo se ancle a un nuevo patrón de distribución de la renta y la riqueza.Durante los últimos 15 años, el Producto Interior Bruto (PIB) español ha crecido más de un 60%. Sin embargo, los beneficios de dicho crecimiento han sido repartidos de forma sumamente desigual. Mientras que las rentas del capital experimentaban un crecimiento extraordinario durante estos años, las rentas de los hogares asalariados han permanecido prácticamente estancadas.Según datos del Barómetro Social de España, entre 1999 y 2007 los beneficios empresariales experimentaron un crecimiento (en términos reales, una vez descontada la inflación) de casi el 50%. El valor de las acciones y demás activos financieros aumentó un 90%, y el patrimonio inmobiliario se revalorizó un 125% aproximadamente. Durante este periodo el salario medio apenas creció un 1%, la pensión media un 18% y la prestación media por desempleo un 4%.Mayor desigualdadComo consecuencia de todo ello, el peso que los salarios tienen en la renta nacional no ha hecho sino disminuir durante la última década, pasando del 60% al 55%. Paralelamente, el ratio entre el patrimonio medio del 25% de hogares más ricos y del 25% de hogares más pobres pasó de 33,4 en 2002 a 41,0 en 2005. Este aumento refleja el incremento de la desigualdad entre asalariados y hogares cuyas rentas provienen en mayor medida de activos financieros e inmobiliarios.¿Cómo entender entonces que, en este contexto de regresión social, el consumo privado haya actuado como uno de los motores del crecimiento? Debido a que el sostenimiento de los elevados ritmos de consumo se ha asentado en un fuerte nivel de endeudamiento, así como en una sostenida reducción del ahorro medio por hogar. Pero también la deuda de los hogares esconde realidades muy diversas: mientras que para el 40% de hogares de menores ingresos la carga anual de esta deuda como porcentaje de su renta es superior al 30%, para el 20% de hogares más ricos apenas es del 10%. Es decir, que la clase trabajadora ha experimentado el endeudamiento y el desahorro como una imposición –fruto de la regresión salarial– para sostener su nivel de consumo (en particular, el acceso a la vivienda).Además, la enorme creación de empleos entre 1996 y 2008 (con más de 500.000 empleos netos al año) no ha frenado este vendaval de redistribución regresiva. La causa ha sido la continua pérdida de derechos laborales y la fuerte extensión de la precariedad. La masiva proliferación de los contratos temporales, así como la fuerte rotación en el puesto de trabajo, el progresivo abaratamiento del despido y, en definitiva, la desreglamentación del mercado laboral, han conllevado crecientes dificultades de reivindicación y negociación sindical y, con ello, un generalizado deterioro salarial.La llegada de la crisis ha evidenciado el fracaso económico y social de este modelo productivo y distributivo. Pero esto no ha impedido que sus efectos golpeasen con mucha mayor intensidad a los hogares asalariados que a las rentas del capital: se ha impuesto la congelación salarial y se han perdido 1,4 millones de puestos de trabajo entre 2008-2009; mientras tanto, la bolsa española se ha revalorizado un 75% entre marzo y diciembre de 2009. Este proceso de privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas no revierte –al contrario, intensifica– el patrón de distribución de la riqueza de estos últimos años.Un verdadero cambio de modelo productivo exigiría un nuevo patrón de distribución de la renta y la riqueza, que introdujese un giro de 180 grados en la tendencia de regresión social de estas últimas décadas. El resto son meros brindis al sol que no se traducirán en una mejora sustancial de las condiciones de vida de la mayoría social.

Nacho Álvarez es investigador del Departamento de Economía Aplicada I, UCM y militante de Izquierda Anticapitalista

sábado, 6 de febrero de 2010

LAS PROXIMAS CAMPAÑAS DE IZQUIERDA ANTICAPITALISTA EN ZAMORA

Los proximos trabajos que Izquierda Anticapitalista de Zamora va a iniciar en la denuncia de situaciones absolutamente intolerables y que atacan los derechos de la clase trabajadora son:

La denuncia de la nueva ley de Extranjeria.

La denuncia de la privatizacion de los servicios del ayuntamiento y la reinvidicacion por una gestion publica a traves de una empresa publica.

En los dos siguientes articulos desarrollamos estos temas, colabora con nopsostr@s:

POR LA GESTION PUBLICA DE LOS SERVICIOS DEL AYUNTAMIENTO DE ZAMORA.

En fechas pasadas se cumplieron los 50 años del contrato de gestión de los autobuses urbanos de la ciudad de Zamora, firmado por el Ayuntamiento de Zamora y la empresa que durante estos años se ha encargado de dicha gestión. El Ayuntamiento ya ha preparado el nuevo pliego de condiciones técnicas y económicas, que saldrá a concurso público en próximas fechas. Pero no es el único caso; tenemos otra serie de servicios públicos, pertenecientes al ámbito local que este Ayuntamiento mantiene también privatizados en su gestión.

Desde IZQUIERDA ANTICAPITALISTA de Zamora, queremos manifestar nuestra más absoluta oposición a tales hechos, por el siguiente motivo:

Este tipo de modelo de gestión privada de los servicios públicos pone en peligro el derecho ciudadano a disponer de unos servicios públicos dignos y que lleguen a tod@s al marcar cómo principios básicos la rentabilidad y el beneficio económico por delante de la calidad del servicio, los derechos de los ciudadanos y de los barrios y la calidad en las condiciones laborales de los trabajador@s; el objetivo es el enriquecimiento de los empresari@s, los cuales acceden a estos contratos no para servir a la ciudadanía ni preocuparse por l@s trabajador@s sino para obtener el máximo beneficio posible.


Desde Izquierda Anticapitalista queremos denunciar este tipo de gestión, que solo busca el ir laminando el semiEstado del Bienestar existente en este país; lo público está siendo atacado por el PP, -cuyo objetivo es el enriquecimiento de sus aliados de clase, los empresarios- , y abandonado por las fuerzas progresistas del Ayuntamiento de Zamora -más preocupadas en los aspectos técnicos, que en los sociales y democráticos de los Servicios Públicos municipales-.


La puesta en manos privadas de la gestión de los servicios públicos, trae como consecuencia que las administraciones, pierden el control sobre el servicio tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista del personal, convirtiendose en rehenes de los intereses empresariales, los cuales acaban chantajeando a las mismas y a la sociedad en general: exigen más dinero a cambio de una gestión correcta.

El servicio de autobuses de Zamora ha sido y es el claro ejemplo de tal situación; la empresa ha permitido que los vehículos fueran de una ínfima calidad, lo que ha llevado a incendios y accidentes. Que decir de la señalización, que decir de las líneas. Detrás de esto está la gestión privada y la connivencia entre el PP del Ayuntamiento y los empresarios y la tibieza de los que diciendo que están en desacuerdo han dejado de lado la reivindicación de la gestión pública.





Hay que señalar indicar que la normas de régimen local establecen varias fórmulas que permiten la gestión pública de los servicios municipales, pero aparte de tener entramado jurídico que nos avale queremos resaltar que la situación de crisis global del capitalismo nos muestra en toda su crudeza que el “todo sirve para ganar dinero” y la lógica de “lo privado es más eficiente” dejan un panorama desolador para las gentes de abajo: la clase trabajadora siempre nos llevamos las pérdidas mientras los ricos han acumulado durante años ingentes beneficios… ¿dónde está ese dinero ahora?.

Es necesario parar este expolio de los bienes públicos a manos de la patronal y sus aliados políticos y pelear para poner nuestros derechos por encima de sus beneficios.

Por todo ello queremos plantear que nuestra alternativa es la creación de una Empresa Pública que gestione los Servicos Públicos que actualmente tiene privatizados el Ayuntamiento (transporte urbano, limpieza viaria, jardines, grúa, Ora, etc) pasando inmediatamente a ser subrogad@s a la nueva empresa tod@s los trabajador@s. No nos conformamos con supuestos contratos mejorados que pongan “durezas” al empresariado pues ya sabemos que todo eso queda en agua de borrajas.

La empresa que proponemos debe conjugar el ofrecer un servicio de calidad a l@s ciudadan@s con unas condiciones dignas de l@s trabajador@s y la transparencia en su gestión (que debe de ser controlada socialmente). Todas las contrataciones futuras que se realicen deben de seguir los criterios de igualdad, mérito y capacidad porque no estamos dispuestos a que se convierta en el cortijo de ningún cacique… Y dos aspectos clave serían el respeto al medioambiente y la inclusión laboral de colectivos con especiales dificultades para el empleo.

Queda claro por tanto que nos vale cualquier modelo de gestión pública sino uno que cumpla una serie de requisitos.

El objetivo final debería ser la municipalización total de estos servicios (el Ayuntamiento en lugar de la citada Empresa Pública) pero este probablemente será un proceso a largo plazo que deberá ser estudiado con detenimiento.

Creemos necesario lanzar una campaña de reivindicación de esta propuesta, campaña en la que nos gustaría contar con vuestro apoyo compañer@s.

Es hora de defender alto y claro lo público, social y colectivo, de tod@s y para tod@s frente a la lógica de lo privado, para beneficio de unos pocos.


POR UNOS SERVICIOS PUBLICOS DE TODOS, DEMOCRATICOS, DE CALIDAD Y RESPETUOSOS CON LOS DERECHOS LABORALES DE LOS TRABAJADORES.


POR QUE LOS DERECHOS PUBLICOS DEJEN DE SER UN NEGOCIO.
POR LA DESPRIVARTIZACION DE LOS SERVICIOS DEL AYUNTAMIENTO DE ZAMORA

SOLIDARIDAD CON LOS TRABAJADORES INMIGRANTES.NO A LA LEY DE EXTRANJERIA

IZQUIERDA ANTICAPITALISTA con este comunicado quiere manifestar que la reciente Reforma de la Ley de extranjería nos confirma la pretensión del gobierno de transformar al colectivo inmigrante en el chivo expiatorio de la crisis económica.
La crisis del capitalismo como modelo, que hace casi un año era reconocida por los poderes económicos y políticos, está suponiendo en el Estado español un reguero de desgracias personales y colectivas; 4 millones de parad@s, de l@s que un millón han visto terminar sus subsidios, altas tasas de morosidad y endeudamiento, producción industrial bajo mínimos, continuos EREs que dejan sin sustento a miles de familias cada semana, miles de personas malviviendo de la caridad, y preocupación, miedos y tristeza en la cabeza de millones de asalariad@s que temen quedarse sin empleo…
Para redondear esta situación, el gobierno del PSOE no plantea un cambio de modelo productivo, sino que regala, sin ningún control efectivo, cientos de miles de millones a la banca, y nuestros impuestos van a parar a los avariciosos bolsillos que se llenaron hundiendo la economía en la época de bonanza y que ahora se les vuelven a llenar volviendo a llevarnos a la misma situación de antes: una economía basada en el ladrillo y el sol, la especulación y la avaricia, los chanchullos y el amiguismo, que mantiene a una minoría viviendo a cuerpo de rey a costa de la mayoría de la población explotada y alienada
La reforma de la Ley de extranjería se convierte en un claro ejemplo de cómo, cuando las cosas van mal para los de arriba, se potencian ataques sociales. Ésta reforma supone un evidente regresión en los derechos de la población inmigrante y de la nativa, reincide en la idea de la Europa Fortaleza, evita ir al fondo de las causas de las migraciones, ataca la solidaridad como valor universal hacia los desfavorecidos y ahonda en medidas judiciales, policiales y represivas contra un colectivo social que lleva años sufriendo ataque tras ataque.

Así mismo queremos dar a conocer los elementos de la reforma que consideramos más graves y que de acuerdo a lo manifestado por la RED ESTATAL POR LOS DERECHOS DE LOS INMIGRANTES (REDI) son:

1-Nadie ha sido consultado, nadie la respalda

El proyecto de reforma de la Ley redactado por el Gobierno no ha sido consensuado ni con las organizaciones sociales, organizaciones de inmigrantes o de defensa de los derechos humanos, siendo su resultado una ley muy alejada de la realidad social de la inmigración en el país. La futura ley profundizará en una visión de la inmigración como problema eminentemente policial, contribuyendo, de esta forma, a criminalizar a las personas de origen extranjero y a precarizar aún más la situación del colectivo.

2- Más represión, menos derechos

La nueva reforma agrava, por tanto, en medidas de persecución, sanción y castigo contra personas extranjeras y autóctonas, en lugar de establecer una verdadera política estatal de integración social, que implique al conjunto de la sociedad, y que efectivamente se oriente hacia la protección de las libertades y derechos de la población extranjera y autóctona en el Estado español.

3- Más tiempo encerrados en los CIE´S, los guantánamos europeos

Las sanciones contra la población extranjera son desproporcionadas, contemplando privaciones de libertad y expulsiones forzosas por ejercer sus derechos fundamentales y manteniendo el desproporcionado e injusto sistema de sancionar con expulsión la mera estancia irregular o el mero hecho de trabajar sin permiso de trabajo. Faltas administrativas que para un nacional no suponen más que una multa económica, para una persona extranjera pueden llegar a suponer su detención e internamiento, por un periodo de hasta 60 días (ampliable hasta 74 días), en un Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE.)
Un tipo de centros que ofrecen menos garantías que las cárceles y que han sido denunciados por el Parlamento Europeo y elDefensor del Pueblo por las condiciones de precariedad e indefensión a las que se ven sometidas las personas privadas de libertad en su interior. Además, el aumento del periodo de internamiento de 40 días, como contempla la actual ley, a 60 días, supone la violación del compromiso adquirido por el Gobierno de no aplicar en esta parte la Directiva de Retorno de la Unión Europea en el Estado español.

4- Castiga a los solicitantes de asilo.

Las personas solicitantes de asilo internadas en CIE, sufrirán una penalización de 14 días más de privación de libertad por ejercer su derecho fundamental a pedir refugio en el país, ante la posibilidad de ser expulsadas a su país de origen y tener temores fundados a ser perseguidas por sus opiniones políticas, su religión, su raza, su nacionalidad, su orientación sexual o su género.

5- Criminaliza la solidaridad.

Se criminaliza la solidaridad al perseguir un valor tan esencial del ser humano como es la hospitalidad. Con la nueva reforma de la Ley de Extranjería las personas que inviten y acojan en su casa a personas de origen extranjero que, por los motivos que sean, decidan continuar su permanencia en el Estado español más allá de la estancia legal permitida, podrán ser multadas con hasta 10.000 euros. Deliberadamente se culpabiliza a quién no ha cometido ninguna infracción ni delito, con la finalidad de perseguir a terceras personas que, en muchos casos, se encuentran en situación de vulnerabilidad e indefensión. Las sanciones contra quién empadrone a una persona extranjera que no resida habitualmente en su vivienda, suponen otra muestra más del acoso al que se verán sometidas las personas hospitalarias y solidarias.

6- Niega derechos básicos como la salud y la educación.

La reforma supondrá que los inmigrantes en situación irregular no puedan empadronarse en los municipios, perdiendo de ese modo el derecho a la educación básica y el acceso a la salud para ellos y sus familias, lo que se suma a una exclusión de los servicios y ayudas sociales. Estas circunstancias producirán un claro aumento de la precariedad, desprotección y vulnerabilidad de las personas migrantes con menores recursos y oportunidades.

7- Atenta contra la vida en familia.

Un derecho tan básico para cualquier persona como es el derecho a vivir en familia, reconocido universalmente por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, se ve seriamente amenazado por las nuevas disposiciones del proyecto de reforma de la Ley de Extranjería. Las fuertes restricciones a la reagrupación familiar para aquellas y aquellos ascendientes menores de 65 años y la imposición de al menos 5 años de residencia en para poder reagrupar, supone la ruptura de muchas familias y facilita enormemente que se puedan dar situaciones de desprotección de personas dependientes que necesitan del cuidado de sus familiares. Por otro lado, limitar el derecho a la reagrupación de los abuelos y las abuelas significa también impedir que las redes familiares puedan seguir apoyando a las mujeres inmigrantes, para que éstas puedan participar en el espacio social.

8-Permite la expulsión de menores no acompañados.

El tratamiento que se da a las y los menores extranjeros no acompañados en el proyecto de reforma de la Ley, es extremadamente preocupante. Se prima la condición de extranjero sobre la de menor, haciendo oídos sordos de la Convención de Derechos del Niño de la ONU y favoreciendo violaciones flagrantes de los derechos del menor.

9-Dificulta el acceso a la justicia gratuita.

La obligación de aumentar las pruebas documentales que acrediten la falta de recursos económicos para la designación de un abogado de oficio, limitará el acceso a la defensa jurídica de las personas rechazadas en aeropuertos o con orden de expulsión. En muchos casos no se podrá reunir la documentación necesaria antes de vencer el plazo de devolución y de expulsión, con lo cual quedará vulnerado el derecho a la defensa reconocido por la Constitución.

1O-Mayor desprotección aún a las mujeres migrantes.

No se establecen verdaderas garantías para las mujeres indocumentadas víctimas de violencia de género, ya que se obliga a la iniciación de un expediente sancionador a aquellas mujeres en situación irregular que denuncien estos hechos ante la policía, desincentivando estas mismas denuncias. Así mismo, se supedita la autorización de residencia y trabajo a que los procedimientos penales resulten favorables, dejándolas en situación de desamparo cuando el procedimiento penal se archive por sobreseimiento provisional.

No a la jubilación a los 67, por unas pensiones dignas y por el reparto del trabajo. La crisis que la paguen los capitalistas

Comunicado de Izquierda Anticapitalista

La profunda crisis capitalista que padecemos ha sido enfrentada por el gobierno y la patronal con nuevas agresiones a los derechos y salarios de la clase trabajadora. Por eso, hoy más que nunca, afirmamos alto y claro: ¡la crisis no la han generado los y las trabajadoras!
En todo este tiempo de recesión el gobierno ha empleado ingentes recursos para salvar al sistema financiero, subvencionar –sin condición alguna- a industrias insostenibles como la de la automoción, facilitar instrumentos desfiscalizados de inversión (SOCIMI) a la construcción, o ha dilapidado recursos en planes de inversión local sin orientación razonada. Los principales actores desencadenantes de la crisis son los que reciben todo el apoyo del gobierno, mientras que la tasa de paro asciende a casi el 19% -son más de 4.300.000 los y las desempleadas- mientras que el conjunto de la clase está atemorizada por su futuro social y laboral. Así las cosas, el déficit fiscal, tras este rescate del Estado del sector empresarial privado, se ha disparado hasta cerca del 10% del PIB, cuando hace pocos años estábamos en superávit.¡Y ahora quieren que lo paguemos los y las trabajadoras!
El modelo laboral está basado de forma creciente en el trabajo precario, la moderación salarial es excesiva, los derechos no han dejado de recortarse. Desde esta realidad resultan ridículas las explicaciones de las patronales y los políticos neoliberales o socialiberales que señalan como causantes de la crisis la regulación del mercado de trabajo, los salarios o las pensiones. ¿Por qué no se pone en cuestión la política económica que pone al Estado al servicio de la ganancia privada, la irresponsabilidad, la explotación y el abuso de las grandes empresas? Empresas y empresarios que, además, practican el fraude fiscal laboral generalizados.
El gobierno se ve desenmascarado. La salida a la crisis la quiere hacer soportar sobre la espalda de los y las trabajadoras: bonificación a la contratación juvenil –que no creará empleo, pues este medida sólo modifica el lugar en la cola del paro de un colectivo frente a otro, y que sólo abarata costes a las empresas- y, lo que es más grave, una gran agresión modificando el sistema de pensiones.
Principales Propuesta de Reforma del Gobierno sobre pensiones: Ampliación edad legal de jubilación de 67 años. Gradualmente, entre 2013 y 2025. Supondrá tener más tarde y durante menos tiempo un derecho fundamental.
Ampliación periodo de cómputo medio de las bases reguladoras para el cálculo de la pensión, posiblemente de 15 a 20 años. Supondrá una reducción media de la pensión.
Modificación de la regulación de Expedientes de Regulación de Empleo para dificultar las prejubilaciones.
Integración regímenes de la seguridad social. Esto no es una medida nueva, ya estuvo pactada en el 2006 y no se ha cumplido aún.
Medida innecesaria. El sistema de Seguridad Social goza de buena salud financiera. En palabras de Corbacho “El Fondo de Reserva cuenta con 60.000 millones de euros y se acaba de cerrar un ejercicio presupuestario con un superávit de más de 8.000 millones”.
Medida injusta. Recorte de un salario indirecto y diferido. El retraso de la edad de jubilación supone tener que trabajar más, obtener la pensión más tarde. El sistema de cómputo si se amplían los años para hacer la media ocasionará una reducción sustancial de la jubilación media. El cambio de 8 a 15 años, en la anterior modificación, ya supuso una caída del 15% en la pensión media.
Medida contra las generaciones jóvenes, precisamente las que se encuentran con un modelo laboral y de ingresos más precario, y que con más dificultades y en peores condiciones llegarán al momento de la pensión.
Interpretación errónea o perversa de la evolución demográfica. Durante el siglo XX, con la caída de la mortalidad infantil, la generalización del sistema sanitario y sistemas de higiene, se produjo un aumento histórico de población. Tras 1970, el control de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida, añadido a los anteriores fenómenos, generaron un envejecimiento relativo de la población. Las pirámides poblacionales se han invertido parcialmente. Pero, una vez la generación del baby boom desaparezca vegetativamente se reestablecerá el equilibrio de la pirámide poblacional. Será un período transitorio que no tendrá un impacto de más de 15-20 años. No tiene porque ser un problema en un contexto de sociedades ricas. Aunque exigirá una modificación asumible en los presupuestos públicos y régimen de ingresos fiscales. En sociedades donde abundan los recursos el problema no radica en la carestía sino en la distribución justa de los mismos, y en una asignación de las prioridades más adecuada.
Medida interesada. El deterioro de las pensiones es un reclamo a potenciar los planes de pensiones privados, a los cuáles solo las clases medias altas pueden aportar significativamente recursos para la jubilación. Esto abre un mercado favorable a los intereses grupos de seguros y financieros privados.
¿Y los sindicatos qué?
Resulta ingenuo reclamar un simple “cambio de cultura empresarial” o seguir la letanía de queja moral rogando que no seamos “los únicos paganos de la crisis”. La actual crisis no apareció por unas malas prácticas empresariales y bancarias, sino que es producto de una relación estructural que aboca a orientar al capital a la ganancia y a la explotación del trabajo y la naturaleza. Por eso hay que levantar la bandera: “nuestras vidas valen más que sus beneficios”. Sólo un control social democrático y público del excedente y de la producción puede acabar con una asignación injusta e ineficiente de los recursos.
Entre sus propuestas prácticas no se va más allá de exigir mejoras pírricas de la protección social, el reparto del paro –“modelo alemán” para compatibilizar reducción de jornada, reducción de salario y prestación de desempleo- y una moderación salarial incomprensible –cláusulas de revisión salarial a tres años-. Su tímido e inmaduro giro keynesiano confía en un capitalismo de rostro humano, que nunca llega ni puede existir. El ansia y mitificación de un pacto social armónico con un enemigo de clase provocador y depredador con el que no caben puntos de encuentro, no puede albergar más esperanza que el retroceso en nuestras condiciones de vida y trabajo.
Es fundamental la movilización sindical y la acción política, sin confiar ni en un Pacto de Toledo atrapado por una orientación neoliberal ni mucho menos en trámites en un parlamento de derechas, con un sistema antidemocrático de representación política. Sólo la lucha paga.
Nuestras propuestas: Alternativas favorables para las y los trabajadoresTransformar la política económica para dar más énfasis a la inversión pública sostenible, productiva y generadora de empleo orientada a satisfacer necesidades sociales y medioambientales. Regulación del sistema financiero, orientación del excedente empresarial hacia inversión socialmente útil, y socialización del crédito en manos públicas y bajo control social.
Modificar las prioridades del presupuesto público para aumentar las aportaciones al sistema público de pensiones, durante el período que se requiera.
Reducir las ingentes subvenciones al capital dentro del capítulo de gasto público (subvenciones a las empresas, bonificaciones y subvenciones a la contratación).
Modificar el régimen fiscal. En general, complementar cualquier futuro déficit con impuestos progresivos y directos, y eliminar desgravaciones innecesarias, y pasar las desgravaciones en la base imponible a la cuota.
Impuesto de sociedades. Eliminación desgravaciones y deducciones. El sistema de módulos debe tender a la extinción.
Recuperación Impuesto Patrimonio: mayores tipos y progresividad.
Aumentar progresividad y capacidad recaudatoria, Impuesto de Sucesiones y Donaciones, con un mínimo exento por vivienda habitual.
Eliminación de desgravaciones fiscales en el IRPF, aumentar tipos a rentas más altas.
Aumentar las cuotas y progresividad de las cotizaciones a la seguridad social Sistema progresivo de cuotas en función de la renta.
Eliminación topes de cotización rentas salariales más altas.
Desarrollar políticas de reparto del trabajo y el empleo, sin reducción salarial. Anticipar la edad de jubilación como una fórmula encaminada a ello.

Nosotros decimos no a este cambio del sistema de pensiones. El sistema es viable, no nos dejemos engañar. Si se quiere reforzar su sostenibilidad, primero que se planteen medidas de reparto de la riqueza y freno a la explotación; y que se desarrolle un modelo económico al servicio de las necesidades sociales, de carácter democrático, con mayor peso de lo público y bajo control social.
Para ello, consideramos que es necesario profundizar en la movilización social, política y sindical, denunciando estas agresiones, planteando alternativas, exigir al poder cambios y cuestionando al gobierno, la patronal y las políticas de derecha, las haga quienes las hagan. Es imprescindible preparar los contenidos y los objetivos para movilizar a la ciudadanía y al movimiento obrero mediante un reguero de resistencias y también de luchas a la ofensiva. Es necesario preparar una movilización general.
Hace falta ya una Huelga General

miércoles, 20 de enero de 2010

CHARLA- DEBATE DE IZQUIERDA ANTICAPITALISTA. La Cumbre de Copenhague fracasa. El cambio climático amenaza.



COLEGIO UNIVERSITARIO. ZAMORA


DIA 2 DE FEBRERO DE 2010


A LAS 19. 30 HORAS.


PONENTE : MANOLO GARI.

MILITANTE DE IZQUIERDA ANTICAPITALISTA

Entre otras cosas, ¿qué pasa con la izquierda radical?




Me parece evidente que el gran problema de nuestro tiempo radica en la extrema debilidad del movimiento obrero y social para dar respuesta a tantas agresiones…
Para mí personalmente, esta ha sido una semana bastante dolorosa, amén de agitada. Dolorosa sobre todo por el nuevo desastre anunciado para el pueblo de Haití, uno de los Auschwitz del imperialismo norteamericano. Un motivo más para creer que hasta los radicales somos demasiados moderaos delante de las cosas que ocurren.
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Además, acababa de enterarme del fallecimiento de uno de los amigos el aragoneses de la Fundación Andreu Nin, Manuel Benito, autor de una obra de campo de edición reciente, Orwell en las tierras de Aragón, con el que había tenido ocasión de debatir amistosamente en los Encuentros que la FAN organizó el año pasado en tierras de Huesca en una fraternal y hermosa colaboración con los compañeros republicanos de la zona, y me enteraba justo después de haber sido solicitado para presentar su libro el próximo 23-F en el Centro Aragonés de Barcelona, junto con Miquel Berga i Bagés…Inmediatamente después por e-mail me anunciaban el fallecimiento de Daniel Bensaïd, un espejo en el que nos hemos mirado muchos y muchos, sobe todo los que tuvimos en los mayos del 8 nuestra revolució. Uno se ha acostumbrado a asimilar sus penas y angustias lentamente, y no tengo la menor duda que este hecho nos quedará a muchos hasta el final. Se nos moría alguien muy cercano, y con mucha luz.
Pero ya se ha dicho: el mejor homenaje es el de la acción, había que seguir con las tareas, y parte de ellas me venían dadas en la capital del Estado donde el jueves 14 había quedado en presentar en Asociación de vecinos Valle Inclán de Prosperidad, En nombre del padre y del hijo. El cine y la Biblia (Libros de la Frontera, Barcelona), gracias a la complicidad de Antonio Cruz, animador de DESPAGE y colega de IZAN y con la colaboración en verdad privilegiada del amigo Ángel García Pintado. La vedad es que el lugar fue todo un descubrimiento, y no tanto por la masividad (moderada), sino por la pasión y el interés mostrado por un grupo de asociados que venían e mil batallas, y que tenían la suya que decir sobre la cuestión a tratar y sobre muchas otras muchas como lo pudo ser el papel de ángel en la mítica revista “Hermano Lobo” (¡cuánta historia, cuánta risa sana¡), la misma que tantas veces conseguía que nuestras reuniones se atrasaran porque alguien se presentaba con un número y el “cachondeo” nos invadía. Paramos la discusión en el Vale Inclán porque era la hoja de cerrar. A la hora obligada y alegre del “copeo”, me contaron que justo al lado bullía un ateneo libertario desde donde parecían considerarlos como “carrozas”. Sí esto es cierto, están bastante equivocados. El viernes me llevó a Traficantes de Sueños, un lugar en el que ya había tomado parte en dos actos intensos masivos, y en el que se presentaba otro libro del firmante, Un ramo de rosas rojas y una foto. Variaciones sobre el proceso del POUM (Ed. Laertes, Barcelona), lo que se hizo después de proyectar el documental "Wilebaldo Solano, doblemente olvidados" no en vano el libro estaba dedicado a Wilebaldo. Presentaba un muchacho de la FAN, Carlos Huerga y comenzó Jaime Pastor q2ue no pudo evitar la emotividad al evocar la muerte de Bensaïd al que conocimos en aquellos años en los que tantas cosas nos parecían posibles. Jaime explico el contenido del libro e hizo notar tanto su alcance como posibles deficiencias. A mi me tocó situar estas posibles deficiencias (entre ellos un índice onomástico aunque pienso que cada personaje está “retratado” en las páginas del libro), y el porqué al tratar de toda aquella historia que se había querido olvidar, lo estaba haciendo pensando en las nuevas generaciones. Quizás porque creo que el socialismo del siglo XXI surgirá superando los trágicos errores del “socialismo real” del siglo pasado y en “nombre” del cual se perpetraron crímenes como los que acompañaron la desaparición de Nin y la tentativa de trasladar los “procesos de Moscú” a la España republicana.
El sábado nos congregamos mañana y tarde una parte de los componentes de la redacción de la revista Viento Sur, la misma que Daniel Bensaïd contribuyó a sacar adelante desde su concepción inicial. Aparte de las discusiones propias de balance y perspectiva, o sea como mejorar su funcionamiento y como desarrolla nuevos criterios para que la revista aumente en lo posible su (ya alto) nivel cultural, tuvimos una discusión sobre el contenido del número 106 cuyo Plural (“dossier”) trataba de ETA (1959-2009), editado por Petxo Ydoyaga, con trabajos del propio Petxo (Anotaciones históricas), Floren Aoíz (ETA, historia de un precipitante), Mario Subiaga (El ethos de ETA), y de Ramón Zallo (ETA tras el “alto el fuego permanente). El número había tenido una considerable repercusión en Euzkadi, y espero que lo tenga en otras nacionalidades. Su lectura, así como algunas intervenciones de la jornada suponían una contribución a una nueva apuesta por un debate imprescindible, al parecer con mejores augurios que otras que nos dejaron hundidos con un nuevo atentado. Hasta el momento, mi impresión sobre la situación de la izquierda podía definirse como deseadora. Estaba poco menos que convencido de que los poderes del Estado estaban esperando ver como el cadáver del “enemigo” acabaría pasando por su puerta ante la indiferencia cuando no la rabia y la hostilidad de la inmensa mayoría de la gente de a pie. Sin embargo, hay indicios de que se abre una nueva situación, eso sí, siempre que ETA abandone una opción totalmente destructiva para los propios ideales que proclama.
Al llegar a casa he podido abrir el ordenador, repasar algunos temas de interés como los ya mencionados, y repasar el artículo Trotsky y la revolución firmado por A. Giménez, y en el que se debate fraternalmente con M. Navarrete (cuyo trabajo he visto colgado en la Web de L´Espai Marx) y con este viajero. Insisto en que este tipo de discusiones son necesarias or más que en el apartado de “Comentarios” sobren esos ejemplos de indigencia mental y moral a los que no hay que acostumbrarse. Espero que algún se pueda contar con un medio que impida el acceso a los indeseables.
Francamente, creo que los reclamos al marxismo por más creativo que sea no resulten suficientes. Discursos tan ricos como el de Daniel Bensaïd se apoyaban en la idea de la insuficiencia de los análisis en un tiempo en el que las respuestas, aunque más necesarias que nunca, estaban muy por detrás de lo necesario, más atrás que nunca, subrayo. Los movimientos existen aquí y allá, pero invertebrados, fracciones, desconcertados. La prueba salta a la vista: la izquierda mayoritaria juega en el campo del enemigo, y la iniciativa, incluida la de la calle, la lleva la derecha. Los sindicatos mayoritarios forman parte del mismo engranaje, si acaso resisten en el terreno de los intereses de la “antigua” clase obrera. En los noventa se perdió la izquierda sindical, y todavía sigue extraviada…
A las consecuencias de la derrota sin paliativo del franquismo exterminados (los kurdos dicen que al que le ha mordido una serpiente tiembla cuando ve moverse una cuerda), hay que añadirle laderota de la Transición, la misma que relego el antifranquismo a la franja testimonial del escenario político. Sobre este suelo encharcado cayó el desastre igualmente sin paliativos de la implosión del “socialismo real” sin un ápice de gloria. El socialismo quedó afectado de muerte por el cáncer estaliniano, y ahora apenas si hemos comenzado a levantar cabeza, a cambiar de escenario sobre un subsuelo de varias generaciones perdidas, y sobre unos primeros escalones sobre los que todos estos desastres se manifiestan a través de un atraso político-cultural desolador. De hecho, esta es la clave para comprender que entre los cometarios aparecidos acompañando estos artículos, el trigo sea tan poco al lado de tanta paja. Ha quedado muy poca cosa de tantos naufragios, y por lo tanto, la recomposición va a ser muy ardua, y para ello se tendrá que avanzar mucho tanto en el orden práctico como en el teórico.
Delante de este panorama, los criterios clásicos de la dirección política requieren una puesta al día. Primero porque la experiencia última de los partidos comunistas grandes y pequeños (con sus verticalismo burocrático, sus líderes indiscutidos, su miserias teórica cuando no moral), han dejado un pavimento de rechazo, de un profundo rechazo hacia lo político y la política que no es solamente contra la profesional…Ocurre también que4 hasta los mejores ejemplos necesitan ser analizados y en muchos casos cuestionados. De hecho, se da por cierta unas normas teóricas que necesitarían ser cotejadas por los hechos, así, el marasmo creativo de Lenin se dio sobre todo cuando éste consideró que las masas estaban muy or delante del partido, y cando retomó la dialéctica del maestro que es también alumno. Por otro lado, venidos de una sobredosis de experiencias autoritarias y burocráticas, y por lo mismo, se impone doblar el bastón hacia las normas más asamblearias y participativas.
Claro que existen contradicciones insalvables, al menos de momento. No hay más que mirar hacia los diferentes campos: anarquistas, “trotskistas”, consejistas, independentistas (entre estos es más habitual de lo deseado considerar cualquier desavenencia crítica como una muestra de “españolismo”), etcétera, etcétera. Los abismos parecen enormes, sobre todo porque se desarrollan sin el tronco común de un movimiento social activo y robusto como el que puso al franquismo contra la pared, y también por lo dicho, venimos de muchas derrotas, y además, hacemos diferentes lecturas de todas ellas…Y…Bueno, lo dejo aquí porque seguro que estas líneas traerán su cola y habrán más motivos parta seguir.
Pero antes me gustaría decir que aprecio esfuerzos como el de A. Giménez por debatir limpiamente. Incluso, actualmente hasta algo así no parece se tan fácil.

Campaña internacional de solidaridad de IA con el pueblo de Haití

El pueblo de Haití ha sido golpeado brutalmente por un terremoto de consecuencias devastadoras. La naturaleza, sin embargo, no es la única responsable de esta gran tragedia. El número de muertos y heridos se explica también por la extrema pobreza del país, víctima de su pasado colonial, de la dictadura militar de Duvalier, y de la ingerencia neocolonial.
La situación catastrófica está intentando ser aprovechada por la potencias del planeta, con Estados Unidos a la cabeza, para intentar reocupar política y militarmente el país y aprovechar la situación para reforzar su control sobre el mismo.
Ante esta situación es imprescindible la movilización popular en apoyo al pueblo haitiano y a las organizaciones sociales militantes haitianas que, en un momento crítico, intentan ayudar al pueblo haitiano frente a la incompetencia del gobierno local y a las pretensiones neocoloniales extranjeras.
En un momento crítico como el actual es necesario organizar la solidaridad militante, evitando las despolitización interesada del trabajo humanitario, y reforzar a las organizaciones populares haitianas.
La Vía Campesina, la principal organización internacional campesina, ha lanzado una campaña internacional de recogida de apoyo financiero para ser entregada a las organizaciones campesinas haitianas, que las administraran para organizar la ayuda y la reconstrucción del país.
Desde Izquierda Anticapitalista queremos apoyar dicha campaña, la única campaña internacional de solidaridad militante ahora en marcha, y hacemos un llamamiento a hacer una donación y contribución económica a la misma.
Ahora más que nunca la solidaridad anticapitalista y el internacionalismo práctico son necesarios.
Los datos bancarios son:
Titular de la cuenta: ASOCIACIÓN LURBIDE – EL CAMINO DE LA TIERRA
Banco: IPAR KUTXADirección: Gudari, 2 – AMOREBIETA (Bizkaia) – País Vasco - Spain
Nº de cuenta: 3084-0023-53-6400061004
IBAN: ES54 3084 0023 5364 0006 1004
Swift: CVRVES2B
Concepto: SOLIDARIDAD HAITÍ

sábado, 16 de enero de 2010

IZQUIERDA ANTICAPITALISTA DE ZAMORA RECOGE 300 FIRMAS CONTRA LA ORDENANZA DEL AYUNTAMIENTO QUE ATACA LA CONVIVENCIA.

SERAN ENTREGADAS ESTA SEMANA, SOLICITANDO SE RETIRE TAL PROYECTO QUE ATACA LA LIBERTAD DE LOS BARRIOS OBREROS, DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, DE LOS MOVIMIENTOS JUVENILES,ETC

martes, 12 de enero de 2010

CHARLA- DEBATE DE IZQUIERDA ANTICAPITALISTA. La Cumbre de Copenhague fracasa. El cambio climático amenaza







COLEGIO UNIVERSITARIO. ZAMORA




DIA 2 DE FEBRERO DE 2010




A LAS 19. 30 HORAS.




PONENTE : MANOLO GARI.


MILITANTE DE IZQUIERDA ANTICAPITALISTA

lunes, 11 de enero de 2010

Prefacio a la obra de Lenin: El Estado y la Revolución


Daniel Bensaid / Viento Sur


Este “artículo-prefacio” ha sido escrito para el aniversario de la revolución rusa y de la publicación por Lenin de “El Estado y la revolución”.

Redactado en la clandestinidad y con urgencia en agosto de 1917, tras las jornadas de julio, El Estado y la revolución es un texto preinsurreccional. Para comprender su alcance polémico, y para comprender algunas de sus exageraciones o fórmulas unilaterales, hay que recordar que constituye un gesto de ruptura hacia la ortodoxia de la II Internacional. La intervención de Antón Pannekoek en 1912 en la Neue Zeit había provocado un escándalo. Contrariamente a Bernstein y a Kautsky para quienes la revolución significaba solo un “desplazamiento de fuerzas” en el seno del aparato del Estado, había exhumado los textos de Marx sobre El 18 brumario, La guerra civil en Francia, la Crítica del programa de Gotha, para recordar a los amnésicos pensadores oficiales de la socialdemocracia alemana que no bastaba con apoderarse de un poder de Estado forjado por la burguesía para su uso, sino que había que romperlo.
Tal era la función de la dictadura del proletariado, de la que Marx hacía, en su famosa carta de 1852 a Weydemeyer, una de sus contribuciones mayores a la teoría revolucionaria de su tiempo. El artículo de Pannekoek fue acogido como una recaída en un anarquismo primario. Gran admirador de los Caminos del poder de Kautsky, el propio Lenin no tomó casi posición en la polémica y continuó más bien aceptando la lectura selectiva de Marx por sus herederos oficiales. Hizo falta pues la prueba de la guerra y la revelación de la “quiebra de la II internacional” para que reconsiderase la cuestión y releyera bajo la presión de Bujarin la obra de Marx con otros ojos. El Estado y la Revolución es el producto de esta lectura al calor y la urgencia del acontecimiento revolucionario.
Para Lenin como para Engels, el Estado no es ni un poder impuesto a la sociedad desde el exterior, ni, según la fórmula de Hegel, “la imagen de la realidad en la razón”, sino “el producto de la sociedad en un estadio determinado de su desarrollo”. Expresa el hecho de que “las contradicciones de clase son inconciliables”. La consecuencia práctica de ello es que “la liberación de la clase oprimida es imposible, no solo sin una revolución violenta, sino también sin la supresión del aparato del poder de Estado creado por la clase dominante”. Para Marx en efecto, la experiencia de la Comuna de Paris ha probado que “el Estado representativo moderno” es en primer lugar un instrumento de explotación del trabajo por el capital.
En sentido opuesto de las utopías pequeñoburguesas de un Estado en levitación por encima de las clases, el Estado es pues la organización de la violencia de clase. Esta conclusión aclara los pasajes célebres del 18 Brumario, en los que Marx constata que todas las revoluciones políticas no han hecho hasta entonces sino perfeccionar la máquina de Estado en lugar de “romperla, de demolerla”, y no de contentarse con “tomar posesión de ella”. Es precisamente lo que llevó a cabo la Comuna. La “democracia burguesa” se convierte entonces en “proletaria” y “se transforma en algo que no es ya propiamente hablando un Estado”.
Marx exige pues claramente la destrucción del Estado existente como “excrecencia parasitaria” de la sociedad. Estas frases, escritas hace más de medio siglo, se indigna Lenin, han sido tan profundamente enterradas por la socialdemocracia alemana, que hubo que realizar para exhumarlas “verdaderas investigaciones”. Ciertamente, los anarquistas han “eludido las formas políticas” del poder revolucionario, pero los oportunistas de la II Internacional por su parte han “aceptado las formas burguesas del Estado democrático parlamentario”. La forma transitoria de la desaparición del Estado será, contrariamente a las ilusiones libertarias, “el proletariado organizado en clase dominante”. Marx no intentó inventar esta forma. Se contentó con observar el curso real de la lucha de clases para descubrir en la Comuna “la forma al fin encontrada”.
En el período de transición inaugurado por una revolución, “un aparato militar y burocrático especial” se convierte en superfluo, pero es preciso aún medir el cambio y la distribución. Es solo cuando se puedan distribuir viviendas gratis cuando “la extinción total del Estado” se pondrá en el orden del día. Mientras tanto, la dictadura del proletariado sigue siendo “una forma de Estado” determinada. Cuando Marx polemiza contra las tesis anarquistas, no es pues, insiste Lenin, para reprocharles la idea de una desaparición del Estado, sino su negativa a utilizar si es necesaria la violencia coercitiva organizada, “es decir un Estado”, pero un Estado que no es ya, como decía ya Engels de la Comuna, “un Estado en sentido propio”.
Para Lenin, como para Marx y Engels, la cuestión del Estado, es pues indisociable de la de la dictadura del proletariado, como organización de la fuerza y de la violencia, “tanto para reprimir la resistencia de los explotadores como para dirigir a la gran masa de la población”. Si bien esta “dictadura” tiene un carácter de clase, no se concibe sin embargo como una dictadura corporativa /1. Se trata de tomar el poder para “conducir al pueblo entero al socialismo”. La fórmula evoca el concepto de hegemonía, que era corriente en la socialdemocracia rusa para definir la relación entre proletariado y campesinado en la alianza obrera y campesina, mucho antes de que Gramsci de diera su alcance estratégico nuevo,. Se trata ya de formar un bloque histórico, sin olvidar que “por el papel que juega en la gran producción, el proletariado es el único capaz de ser la guía de todas las clases trabajadores explotadas pero incapaces de una lucha independiente por su liberación”.
Para Lenin, que cita la carta a Weydemeyer, la dictadura del proletariado es la “piedra de toque” que permite “probar la comprensión y el reconocimiento del marxismo”: representando “una ampliación sin precedentes de la democracia”, no puede limitarse a esa simple ampliación, pues debe también romper por la fuerza la resistencia de los opresores. La democracia, que sigue siendo una forma del Estado, está pues llamada a desaparecer igual que el Estado y con él. Estamos, deduce de ello Lenin, por una república democrática en tanto que “mejor forma del Estado para el proletariado en régimen capitalista”, pero ningún Estado puede ser declarado, como pretenden los socialdemócratas alemanes “libre y popular”: la república democrática es “el camino más corto que conduce a la dictadura del proletariado”, cuyas formas transitorias pueden variar hasta el infinito, pero cuya “esencia” sigue siendo la misma. En una sociedad capitalista, la democracia sigue siendo una democracia para los ricos, mientras que la dictadura del proletariado debe instaurar una democracia para el pueblo. En la transición de una a otra, “el reparto de los objetos de consumo supone necesariamente un Estado burgués”.
El Estado subsiste pues, en un primer momento, pero “como Estado burgués sin burguesía”. Esta fórmula paradójica servirá de nuevo a Lenin para pensar de forma inédita el tipo de Estado salido de la revolución rusa. Pero un Estado burgués sin burguesía no es sin embargo un Estado proletario. El Estado burgués sin burguesía va así a convertirse en el mantillo sobre el que se expanden los peligros profesionales del poder y a cuyo abrigo se desarrolla una nueva forma de excrecencia burocrática parasitaria de la sociedad.
En El Estado y la Revolución, Lenin rompe radicalmente con “el cretinismo parlamentario” del marxismo ortodoxo. Conserva sin embargo su ideología gestionaria. Así imagina aún que la sociedad socialista “no será ya más que una oficina, un solo taller, con una igualdad de trabajo e igualdad de salario”. Tales fórmulas recuerdan ciertas páginas en las que Engels sugiere que la extinción del Estado significará también una extinción de la política en beneficio de una simple “administración de las cosas”, cuya idea es tomada prestada de los saintsimonianos; dicho de otra forma, a una simple tecnología de gestión de lo social, donde la abundancia postulada dispensaría de establecer prioridades, de debatir opciones, de hacer vivir la política como espacio de la pluralidad.
Para la socialdemocracia alemana, el correo era “el modelo socialista” por excelencia. “Nada es más justo”, subraya Lenin, pues “el mecanismo de gestión social está ahí perfectamente dispuesto”, o también “admirablemente equipado”. Un entusiasmo así, que se encontrará más tarde en su elogio del taylorismo, indica que, para él, la destrucción de la máquina burocrática del Estado no interfiere apenas con la división del trabajo, con su organización disciplinaria burocrática, como si bastara en suma con “tomar posesión” del aparato de producción tal cual, sin tener que cambiarlo, Lenin persiste en su utopía gestionaria imaginando que, cuando el Estado y la autoridad política desaparezcan, “las funciones públicas perderán su carácter político y se transformarán en simples funciones administrativas”. Se trata aquí claramente, no solo de la extinción del Estado, sino claramente de la extinción de la política, soluble en la administración de las cosas.
Como ocurre a menudo, tal utopía, en apariencia libertaria, se vuelve utopía autoritaria. El sueño de una sociedad que no sería “toda entera más que una única oficina y un solo taller”, no remitiría en efecto más que a una buena organización de su funcionamiento. Igualmente, un “Estado proletario”, concebido como un “cártel del pueblo entero”, puede fácilmente conducir a la confusión totalitaria de la clase, del partido, y del Estado, y a la idea de que, en este cartel del pueblo entero, los trabajadores no tendrían ya que hacer huelgas, puesto que sería hacer huelga contra si mismos.
Parece pues claro que queriendo torcer el cuello al legalismo institucional de la II Internacional en una situación revolucionaria, Lenin tuerce también el bastón de la crítica en el otro sentido. Rompe con las ilusiones parlamentarias. Pero se prohíbe de la misma pensar las formas políticas del Estado de transición. Es este punto ciego el que Rosa Luxemburg va a poner en evidencia. A diferencia de los críticos vulgares de la revolución rusa, ella establece desde un artículo de 1906 en la Rote Fahne, una distinción radical entre blanquismo y bolchevismo: “Si hoy los camaradas bolcheviques hablan de dictadura del proletariado, no le han dado nunca la antigua significación blanquista, y no han caído jamás tampoco en el error de la Narodnaia Volia que soñaba con tomar el poder para sí. Han afirmado al contrario que la actual revolución puede encontrar su término cuando el proletariado, toda la clase revolucionaria se haya apoderado de la máquina del Estado”.
Para ella, la dictadura del proletariado no puede ser la de un partido minoritario sustituyendo a la clase. Y si asume plenamente la noción de dictadura del proletariado en sentido amplio –“ninguna revolución se ha acabado de otra forma que por la dictadura de una clase”- pone también en guardia a los socialdemócratas rusos: “Aparentemente, ningún socialdemócrata se deja llevar por la ilusión de que el proletariado pueda mantenerse en el poder. Si pudiera mantenerse en él, entonces conllevaría la dominación de sus ideas de clase. Sus fuerzas no bastan para ello en el momento actual, pues el proletariado, en el sentido más estricto de esta palabra, constituye precisamente en el imperio ruso, la minoría de la sociedad. Sin embargo, la realización del socialismo por una minoría está incondicionalmente excluida, puesto que la idea del socialismo excluye justamente la dominación de una minoría”. Tras la caída del zarismo, el poder volverá pues a “la parte más revolucionaria de la sociedad, el proletariado”, que “se apoderará de todos los puestos y permanecerá alerta mientras que el poder no esté en las manos legalmente llamadas a detentarlo, en el nuevo gobierno que la constituyente es la única en poder determinar en tanto que órgano legislativo elegido de la población”. Prevé que en una tal asamblea los socialdemócratas no serán mayoritarios, sino “los demócratas campesinos y pequeñoburgueses”.
Este artículo de 1906 prefigura y anuncia el famoso folleto de 1918 sobre la revolución rusa. En un artículo de 1918, titulado “Asamblea nacional o gobierno de los consejos”, condena de nuevo el cretinismo parlamentario que ha conducido a la mayoría socialista a la política de unión sagrada en la guerra: “Realizar el socialismo por la vía parlamentaria, por simple decisión mayoritaria, es un proyecto idílico”. No renuncia sin embargo a lo que escribía desde 1904 sobre la necesidad de combinar la acción fuera y dentro de las instituciones, “la necesidad tanto de reforzar la acción extraparlamentaria del proletariado, como de organizar con precisión la acción parlamentaria de nuestros diputados”. En su folleto de 1918 sobre la revolución rusa, al contrario que los socialistas ortodoxos de la socialdemocracia alemana, saluda la revolución y a los bolcheviques que han “osado” abrir la vía al proletariado internacional tomando el poder. Subraya las responsabilidades que resultan de ello para los revolucionarios europeos, comenzando por los alemanes: “En Rusia, el problema no podía ser sino planteado. No podía ser resuelto en Rusia. En este sentido, el futuro pertenece en todas partes al bolchevismo”. El futuro de la revolución rusa se juega pues, en una gran medida, en la arena europea y mundial.
No deja de ser cierto también que los bolcheviques rusos tienen también su parte de responsabilidad. En una primera parte de su folleto, Rosa critica sus medidas sobre la reforma agraria y la cuestión nacional. Creando, no una propiedad social, sino una nueva forma de propiedad privada agraria, la parcelización de los grandes dominios “aumenta las desigualdades sociales en el campo” y genera masivamente una nueva pequeña burguesía agraria cuyos intereses entrarán inevitablemente en contradicción con los del proletariado. Igualmente, la aplicación generalizada del derecho a la autodeterminación para las nacionalidades del imperio zarista no conduce más que a la “autodeterminación” de las clases dirigentes de esas nacionalidades oprimidas, pues “el separatismo” es “una trampa puramente burguesa”. Lenin y sus amigos han “inflado artificialmente la pretenciosidad de algunos profesores de universidad y de algunos estudiantes para hacer de ella un factor político”. En materia de política agraria y de política de las nacionalidades, los bolcheviques habrían pecado por exceso de ilusión democrática, mientras que a la inversa subestimaron la sustancia democrática de la cuestión institucional.
Es el famoso debate sobre la disolución de la Asamblea Constituyente, constantemente reivindicada por los bolcheviques entre febrero y octubre de 1917, y disuelta por ellos inmediatamente después de ser elegida, en nombre de la legitimidad superior de los soviets. Rosa no es sorda a los argumentos según los cuales había que “romper esta constituyente caducada”, por tanto “nacida muerta”, que iba con retraso respecto a la dinámica revolucionaria, tanto por sus modalidades electivas como por la imagen deformada que daba del país. Pero entonces, “había que prescribir sin tardar nuevas elecciones para una nueva Constituyente”!. Sin embargo Lenin y Trotsky (en su folleto de 1923 sobre las Lecciones de Octubre) excluyen por principio toda forma de “democracia mixta” planteada por los austromarxistas.
Trotsky reprocha a Zinoviev y Kamenev haberse opuesto a la insurrección de Octubre en nombre de una “combinación de instituciones estatales”, conciliando Asamblea constituyente y soviets. Quienes, en el partido, fetichizan la Constituyente, son los mismos a sus ojos que los que habían dudado por legalismo ante la decisión de la insurrección. La definición por Lenin de la insurrección como un arte implica, subraya, que su preparación y su iniciativa corresponden al partido, y que la ratificación legal de la conquista del poder por el congreso de los soviets no interviene más que a posteriori. Si, en octubre, la insurrección fue “canalizada en la vía sovietista y ligada al 2º congreso de los soviets”, no se trataba para él de una cuestión de principios, sino “de una cuestión puramente técnica, aunque de una gran importancia práctica”. Este choque frontal entre la decisión militar y la institución democrática es propicio a la confusión de los papeles, entre el partido y el Estado, pero también entre el Estado de excepción revolucionario y la regla democrática. Esta confusión es llevada a su colmo en Terrorismo y Comunismo, folleto redactado también en la urgencia de la guerra civil que es la forma paroxística del Estado de excepción.
Porque vive en Alemania y tiene la experiencia de una vida parlamentaria ya consolidada, el planteamiento de Rosa Luxemburg es muy diferente. Como hemos visto, acepta los argumentos avanzados por los bolcheviques para disolver la Constituyente, pero se inquieta explícitamente por esta confusión entre la excepción y la regla: “El peligro comienza allí donde, haciendo de la necesidad virtud, ellos (los dirigentes bolcheviques) intentan fijar en todos los puntos de la teoría, una táctica que les ha sido impuesta por condiciones fatales y proponérsela al proletariado internacional como modelo de la táctica socialista”.
Lo que está en juego, más allá del asunto de la Constituyente, es la vitalidad y la eficacia de la propia democracia socialista. Rosa subraya la importancia de la opinión pública, que no habría que reducir a un engaño o a un teatro de sombras. Toda la experiencia histórica “nos muestra al contrario que la opinión pública irriga constantemente las instituciones representativas, las penetra, las dirige. ¿Cómo explicar si no las cabriolas divertidas que en todo parlamento burgués, los representantes del pueblo nos hacen presenciar a veces, cuando, animados repentinamente por un espíritu nuevo, pronuncian palabras totalmente inesperadas?. ¿Cómo explicar que, de vez en cuando, las momias más resecas tomen aires de juventud, que los pequeños Scheidemann de todo pelaje encuentren de repente en su corazón acentos revolucionarios cuando la cólera gruñe en las fábricas, en los talleres y en las calles? ¿Esta acción constantemente vivaz de la opinión y de la madurez política de las masas debería pues, justo en período de revolución, abandonar ante el esquema rígido de los emblemas de los partidos y de las listas electorales?. ¡Muy al contrario!. Es precisamente la revolución la que, con su efervescencia ardiente, crea esta atmósfera política vibrante, receptiva, que permite a las olas de la opinión pública, al pulso de la vida popular actuar instantáneamente, milagrosamente, sobre las instituciones representativas”. En lugar de comprimir este “pulso de la vida popular”, los revolucionarios deben dejarle latir pues constituye un poderoso correctivo al pesado mecanismo de las instituciones democráticas: “Y si el pulso de la vida política de la masa late más rápido y más fuerte, su influencia se hace entonces más inmediata y más precisa, a pesar de los clichés rígidos de los partidos, las listas electorales caducadas, etc. Ciertamente, toda institución democrática, como toda institución humana, tiene sus límites y sus lagunas. Pero el remedio que han encontrado Lenin y Trotsky –suprimir directamente la democracia- es peor que el mal que se supone curar: obstruye la fuente viva de donde habrían podido brotar los correctivos a las imperfecciones congénitas de las instituciones sociales, la vida política activa, enérgica, sin trabas de la gran mayoría de las masas populares”.
Este error tendrá su precio. En su Stalin póstumo, Trotsky reconoce hasta qué punto la guerra civil fue una escuela de brutalidad autoritaria y de mando burocrático (de lo que Volochinov y el grupo de Tsarytsin son la viva ilustración). Stalin no tendrá ninguna dificultad para reciclar a su servicio estos métodos de mando. Pero en 1921, cuando la guerra civil está prácticamente ganada y el Estado de excepción debería finalizar para que se desarrollara, todo lo posible en las condiciones materiales de un país devastado por la guerra, la vida democrática, Trotsky plantea al contrario “la militarización de los sindicatos” para llevar a cabo la batalla de la producción. Contrariamente a la mala reputación que se le atribuye, Lenin se muestra bastante más sensible en este debate a la independencia de los sindicatos respecto al Estado. No deja de ser cierto que el giro hacia la Nueva Política Económica no está asociado a un curso nuevo democrático.
Las advertencias de Rosa toman entonces retrospectivamente todo su sentido. Temía en 1918 que medidas de excepción temporalmente justificables se convirtieran en la regla, en nombre de una concepción puramente instrumental del Estado en tanto que aparato de dominación de una clase sobre otra. La revolución consistiría entonces solo en hacerle cambiar de manos: “Lenin dice que el Estado burgués es un instrumento de opresión de la clase obrera, el Estado socialista un instrumento de opresión de la burguesía, que no es de alguna forma más que un Estado capitalista invertido. Esta concepción simplista omite lo esencial: para que la clase burguesa pueda ejercer su dominación, no hay necesidad en absoluto de enseñar y educar políticamente al conjunto de la masa popular, al menos no más allá de ciertos límites estrechamente trazados. Para la dictadura proletaria, es ése el elemento vital, el aliento sin el que no podría existir”.
En efecto, la sociedad nueva debe inventarse sin manual, en la experiencia práctica de millones de hombres y mujeres. El programa del partido no ofrece a este propósito más que “grandes paneles que indican la dirección”, y además estas indicaciones no tienen más que un carácter indicativo, de balizaje y de puesta en guardia, más que un carácter prescriptivo. El socialismo no puede concederse desde arriba. Ciertamente, “presupone una serie de medidas coercitivas contra la propiedad, etc.”, pero, si “se puede decretar el aspecto negativo, la destrucción”, no ocurre igual con el “aspecto positivo, la construcción: tierra nueva, mil problemas”. Para resolver estos problemas, la libertad más amplia, la actividad más amplia, la más amplia parte de la población es necesaria. Sin embargo, la libertad, “es siempre al menos la libertad de quien piensa de otra forma”. No es ella, sino el terror, quien desmoraliza: “Sin elecciones generales, sin una libertad de prensa y de reunión ilimitada, sin una lucha de opinión libre, la vida se apaga en todas las instituciones públicas, vegeta, y la burocracia se constituye en el único elemento activo”.
Por lo demás, el propio Lenin, había entrevisto, y en El Estado y la revolución precisamente, la funcionalidad social de la democracia política. A ciertos marxistas, para los que el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas era irrealizable bajo el capitalismo y se convertiría en superfluo bajo el socialismo, respondía por adelantado: “Esta argumentación, que se pretende ingeniosa pero de hecho es errónea, podría aplicarse a cualquier institución democrática, pues un democratismo rigurosamente consecuente es irrealizable en régimen capitalista, y en régimen socialista, toda democracia acabará por apagarse (…). Desarrollar la democracia hasta el final, buscar las formas de este desarrollo, ponerlas a la prueba de la práctica, es sin embargo una de las tareas esenciales de la lucha por la revolución social. Por separado, ningún democratismo, cualquiera que sea, dará como resultado el socialismo: pero en la vida, el democratismo no será jamás tomado “por separado”. Será tomado “en bloque”. Ejercerá también una influencia sobre la economía cuya transformación estimulará” /2.
A lo largo de todo el siglo XX, mucho agua ha corrido bajo los puentes de las revoluciones. A lo largo de las experiencias sociales y de las investigaciones antropológicas, los enfoques teóricos del Estado se han enriquecido y profundizado, desde Gramsci a Foucault, pasando por Poulantzas, Lefebvre, Alvater, Hirsch y muchos otros. Foucault ha contribuido principalmente a desmitificar un fetichismo del poder analizando la genealogía de las relaciones de poderes, hasta emitir la hipótesis según la cual el Estado no sería sino una “forma de gobernar” o “un tipo diferente de gubernamentalidad”. A partir del siglo XVI, la sociedad civil habría así puesto en pie “algo obsesivo que se llama Estado” como fetiche específico de la modernidad.
Un foucaldismo vulgar deduce hoy de ello que esta figura histórica del Estado sería en adelante soluble en las redes de poder de la sociedad líquida, de forma que no sería ya necesario tomar el poder para cambiar el mundo. Sin embargo, para Foucault, no se trataba ni de instalar “la institución totalizadora del Estado” en posición de desplome, ni de negarla. Si su teoría de las relaciones de poder, como la de los campos de Bourdieu, permite comprender una pluralidad de dominaciones y de contradicciones, no deja de ser cierto que todos los poderes no participan en la reproducción social de las relaciones capitalistas de producción. Hay, en las redes y las relaciones de poderes, nudos más importantes que otros. Las retóricas liberales del Estado mínimo o del repliegue del Estado no hacen sino resaltar con más relieve el núcleo duro de sus funciones represivas y su papel eminente en la puesta en pie de los dispositivos del biopoder. Las ilusiones del discurso sobre el “Estado imparcial” defendido por Ségolène Royal durante la campaña presidencial no resultan por ello sino más ridículas. Si el tejido de las relaciones de poder hay que deshacerlo, y si se trata de un proceso a largo plazo, la maquinaria del poder del Estado hay que romperla.


1 de agosto de 2007


Traducción: Alberto Nadal
Notas:
1/ Recordemos que en Rousseau y a lo largo del siglo XIX, el término dictadura evoca una venerable institución romana, la de un poder de excepción mandatado y limitado en el tiempo, opuesto a las nociones de despotismo o de tiranía que designan al contrario un poder absoluto y arbitrario. 2/ Lenin: El Estado y la Revolución: http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/estyrev/index.htm

El Patio Vive. La Lucha Sigue

Comunicado de Izquierda Anticapitalista-Madrid

El pasado 5 de enero, la policía antidisturbios se presentó en la sede del Patio Maravillas de la C/Acuerdo para desalojar este centro social okupado desde hace dos años y medio. Los agentes seguían órdenes del Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid, que el pasado 12 de noviembre dictó la orden de desalojo definitiva del inmueble. El Patio es un referente para el activismo social y político madrileño. Pero es eso y mucho más: ha dotado de actividades culturales, educativas y de ocio a un barrio y a una ciudad donde apenas existen espacios de encuentro desmercantilizados. Por lo tanto, como dice la propia Asamblea del Patio en su comunicado, no solo han desalojado un centro social okupado, sino también un taller de bicis, una sala de ensayos, un espacio para niños y niñas…
Este desalojo muestra una vez más la irracionalidad de una legislación que permite que mientras los especuladores, incluso estando imputados por delitos urbanísticos (como el “propietario” del Patio Leopoldo Arnáiz), pueden lucrarse sin límite alguno, la gente que se compromete con su barrio y su ciudad, que impulsa iniciativas sociales y culturales y crea conciencia crítica, es expulsada como si de delincuentes se tratara y amenazada con procesos judiciales. Este es el “Estado de Derecho” que tenemos. Una democracia cuya sacrosanta Constitución de 1978 consagra el derecho a la propiedad privada en el apartado de artículos superprotegidos e intocables y que, por el contrario, recoge como mera enunciación sin amparo legal aquellos artículos que garantizan el acceso a una vivienda digna o a tener un empleo estable. El movimiento okupa ha tenido la enorme virtud de desafiar con su práctica uno de los preceptos clave de la economía capitalista, incluso tras la aprobación en 1995 del Código Penal en el que se considera delito la okupación. Porque el debate que pone encima de la mesa este desalojo es clave para la izquierda social y política anticapitalista: ¿valen más nuestras vidas o sus beneficios?
El Patio es un ejemplo de cómo un centro social puede concitar en su seno tantas y tan diversas actividades, colectivos e iniciativas, sin por ello perder un ápice de radicalidad en sus propuestas. Por eso hay que tomarse a broma las palabras del Alcalde Gallardón en las que invita al Patio a transformarse en “empresa de servicios” y presentarse a concursos públicos. Suponemos que, en caso de hacerlo, debería intentar comprar una licencia de “primera okupación” a los imputados por el caso Guateque y procurarse el asesoramiento del “Bigotes” para que no hubiera problemas de última hora con la concesión. Los políticos profesionales piensan que la gente es estúpida. La exigencia de un reconocimiento patente en el proceso de diálogo entre el Patio y el Ayuntamiento no pasa por esa "inclusión en el sistema" que Gallardón les demanda, sino al revés, por que "el sistema" asuma que hay realidades que lo superan y lo transforman.
La enorme respuesta a la convocatoria de manifestación del día 5, hecha por sms e internet, es un síntoma de que los tiempos pueden estar cambiando.
La mejor conclusión del desalojo fue la nueva okupación de la C/Pez 21, a escasos metros de la casa/palacio de Esperanza Aguirre. El Patio 2 ya está en marcha y demuestra que no se le pueden poner puertas al mar. Ahora es el momento de acondicionar este nuevo espacio, de convertir sus salas vacías en lugares para el encuentro y la participación social y política. Izquierda Anticapitalista seguirá participando en muchas de las iniciativas que tienen al Patio como sede. La más inmediata, el Foro Social Mundial en Madrid, a celebrar a finales de mes, y donde esperamos que, como en los dos años anteriores, este sea el lugar de encuentro de toda la gente que queremos cambiar el mundo y cambiar Madrid.